sinpunto

Mientras esperaba ayer el momento de abordar el avión que me regresaría a la Ciudad de México, me acerque a uno de los policías federales que resguardan por ahora las terminales aéreas en algunas partes del país, sobre todo en las entidades en las que existen normales rurales. Cuando lo salude me contesto amablemente, por lo que solicite su opinión acerca de lo que

está ocurriendo en algunos estados del país con maestros y normalistas. La respuesta fue contundente: ¡¡¡ Al Presidente le faltan huevos!!! Así de simple la respuesta y opinión de un miembro de esa corporación que ha sido agredida y vilipendiada por la horda delincuencial que azota principalmente al estado de Guerrero. Pensé que habría algún matiz en la respuesta del policía, pero fue tan directa y sincera como solamente quienes sienten en carne propia la impotencia pueden serlo.

Desconozco las razones del presidente Enrique Peña Nieto para permanecer impasible ante la andanada de problemas que se acumulan en Guerrero, Oaxaca y Michoacán, y que comienzan a rebasar la barrera imaginaria de sus límites para adentrarse en los estados circunvecinos. Desconozco quienes son los hombres y mujeres cuya opinión tiene el suficiente peso como para mantenerlo cercado y sin hacer nada mientras los gritos desesperados de los moradores claman paz y tranquilidad para rehacer su vida. El problema está creciendo y los timoratos asesores presidenciales se contentan con esperar que la temporada navideña provoque que bajen los ánimos rijosos de quienes se dicen apóstoles de la enseñanza, y que solamente han mostrado ser el verdadero rostro de la desestabilización. México tiene un mandatario extraviado en el laberinto de la impunidad, y rehén del miedo de sus principales colaboradores por hacer despertar a ese México bronco al que tanto acuden los agoreros del desastre.

También hay versiones de que el círculo cercano al presidente de la República no quieren que exista un relevo en la cartera de Gobernación porque sería tanto como entregar la Primera Magistratura en el 2018 a quien los analistas y especialistas identifican como el hombre más preparado para solventar la situación que vive el país: Manlio Fabio Beltrones Rivera. Lo que no entienden es que si no hacen algo perderán no la Presidencia venidera, sino la que detenta Enrique Peña Nieto. Tantos años de éxitos continuos los metió en el laberinto de la crisis sin estar preparados para ello, y para desgracia de más de ciento veinte millones de mexicanos la ineficiencia se ha hecho presente.

Lamentable lo que le pasa por donde se le quiera ver, pero más lamentable la decepción que ha venido provocando aquel que muchos considerábamos predestinado para llevarnos a mejores estadios de bienestar. Por desgracia su fracaso se significará como uno de nuestros mayores fracasos, y quizá no estemos preparados para soportar las consecuencias de su miedo por imponer el orden y la seguridad en el territorio que azotan las estructuras magisteriales disidentes. No quiero ser agorero del desastre, pero no falta mucho para que la mayor parte de los mexicanos comiencen a exigir la salida del sembrador de esperanza que parece haberse convertido en el mayor peligro para nuestras aspiraciones colectivas. El problema es que si le va mal a él, nos ira mal a todos. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.