sinpunto

Algo se ha venido cocinando en las oficinas centrales del Gobierno del Distrito Federal desde que el señor Marcelo Ebrard decidió que era la hora de alejarse del partido que ayudó a formar. Y no es que haya sido uno de sus principales impulsores, pero si el conducto para que muchos de sus liderazgos, que entonces militaban en lo que se denominó el Movimiento Urbano Popular, participarán de los recursos destinados al apoyo gremial, en la distribución de la vivienda, y en las prebendas que antaño se dedicaban a las estructuras del Consejo Consultivo de la Ciudad de México. Aunque a muchos de los viejos liderazgos del perredismo no les gusta que se les señale como beneficiarios de los benefactores tricolores en la Capital de la República, no pueden renunciar a ese pasado que les dio la oportunidad de conformar lo que se convertiría en una de las expresiones políticas más sui generis: el PRD.

De lo disímbolo de su formación y conformación nace ese entramado al que se le denominan tribus y que se encuentran enraizadas entre sí por esos intereses que mantuvieron desde que unidos salían a las calles para mostrar su poderío frente a un alicaído gobierno tricolor en la Capital del país, cuyo mayor error fue haber desmantelado la estructura piramidal del Consejo Consultivo de la Ciudad de México, y que ha sido suplido por los mal llamados Comités Vecinales a través de los cuales se ejerce el "presupuesto participativo", que no es otra cosa que el mismo clientelismo que practicaba el PRI pero ahora disfrazado para que no se acuse al perredismo de lo mismo. En lo personal creo que los perredistas y tricolores hacían lo mismo, solamente que los miembros del Sol Azteca refinaron las practicas y se volvieron especialistas,

La Línea 12 del Metro, esa que alguna vez llamaran la "Línea Dorada" para hacer mas rimbombante su construcción y colocarla como el símbolo del Gobierno de Marcelo Ebrard Casaubón, quizá perseguido por el sentimiento de culpa por no haber acudido a rescatar a esos desgraciados que fueron linchados por los "tlahuicas", fue la que marcó su acaudalado destino y su defenestración política. Las irregularidades detectadas han sido muchas y representan una brutal cantidad de recursos económicos. Por mucho que se diga que se pretenda dañar políticamente a Marcelo Ebrard, lo cierto es que lo que robo es algo nunca visto e los anales de la corrupción mexicana.

Hasta ahora quienes han investigado son los integrantes del Gobierno Federal, pero Mancera sabe el tamaño del boquete financiero que sustrajeron Ebrard y sus cómplices, y aunque le ha servido para que no pretenda seguir metiéndose en los asuntos de la Capital, tarde que temprano tendrá que echar a caminar la maquinaria de la justicia. Mientras tanto, que se las arregle el Gobierno Federal. La maniobra de Mancera dio el resultado esperado, saco del PRD a Ebrard y lo obligó a buscar cobijo en otro partido, pero también tiene guardadas las evidencias de lo que hurtaron el y sus cómplices en la Línea 12. Como dicen por ahí, "ahora tiene el chirrión por el palito". Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.