Miguel ángel Mancera ha sido el único caso registrado de un hombre que sin militancia alguna en un partido político llegó a ocupar uno de los cargos más importantes del país. La Capital de la República guarda una singular circunstancia, pero también hay que señalar que el señor
Mancera compitió y gano las preferencias internas porque fue un procurador mediático, y eso le granjeó la posibilidad de alzarse con la candidatura. Claro esta que las circunstancias ya cambiaron y la conformación política del centro del país también. La pérdida de la hegemonía por parte del PRD tiene en un predicamento al señor Mancera quien ahora envía un mensaje para buscar una coalición de partidos que lo postule dentro de tres años.
Cuando alguien quiere o pretende alcanzar un cargo electoral de importancia debe procurarse por dos cosas: tener colaboradores de primera y una estrategia de tierra y aire. Miguel Ángel Mancera ha dicho que quiere y aspira a ser Presidente de la República, pero hasta ahora la mayor parte de su posicionamiento solamente ha ocurrido en el ámbito de lo mediático. Los movimientos realizados en la semana pasada hablan de cubrir esa necesidad territorial en el Distrito Federal, pero no creo que le alcance para ganar en el 2018, por lo que en los siguientes meses sabremos el tamaño de sus ganas y la forma en que piensa reforzar su precandidatura en los Estados del país. Dinero tiene, ganas también, estrategia no lo creo, pero de cualquier forma habrá que esperar un poco para visualizar su siguiente movimiento.
Tiene todo el derecho de aspirar, como también lo puede hacer cualquier mexicano en uso de sus derechos y obligaciones. La diferencia es que el señor Mancera gobierna la Capital de la República que cuenta con cerca de nueve millones de habitantes, y sus decisiones impactan en la zona conurbada que se conforma por 58 municipios, y la llamada "Megalópolis" integrada por los cinco estados del centro del país. Miguel Ángel Mancera realizó otro ejercicio mediático al solicitar la renuncia a su gabinete para evaluarlo y realizar los cambios pertinentes. Habrá que decir que logró mantener la curiosidad de la gente y los medios de comunicación. Lo que en realidad ocurrió fueron enroques y el despido de tres elementos: Joel Ortega, Rufino León y Mara Robles. Y no es que hayan incumplido con su tarea, simplemente que el señor Mancera requiere elementos menos anodinos y más mediáticos.
Desde luego que gana mucho con la incorporación de Jorge Gaviño en la titularidad del Sistema de Transporte Colectivo Metro, Patricia Mercado en la Secretaría de Gobierno, y Manuel Granados en la Consejería Jurídica. Lo que no se acaba de entender es el nombramiento de Alejandra Barrales en la Secretaría de Educación Pública, y de la expanista y expriísta Laura Ballesteros como titular del Nuevo Modelo de Movilidad. La Secretaría de Movilidad estará a cargo de Héctor Serrano, quien seguirá volcando su acentuada vocación por los actos de corrupción. Los citadinos esperábamos un supergabinete, pero creo que el señor Mancera quedó a deber. Para ser de primera hay que tener colaboradores de primera, y aún cuando tuvo la oportunidad de conformarlo, la dejo pasar. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.