sinpunto

La circunstancia que está viviendo la educación en México tiene sus orígenes en esa izquierda rapiñera que se formó y conformo a lo largo de los años después de la llamada lucha ferrocarrilera encabezada por Demetrio Vallejo. Las secciones IX y X del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación se convirtieron en el símbolo de la rebeldía, pero después fueron superadas por el activismo radical desplegado por Felipe Martínez Soriano en Oaxaca, y la estructuración del Partido Revolucionario Obrero Campesino Unión del Pueblo, mejor conocido por sus siglas de PROCUP.

Sin lugar a dudas el señor Rubén Núñez Ginés ha encabezado durante muchos años a un grupo de la delincuencia organizada que ha sabido mantener un exitoso negocio que genera a sus miembros riquezas incalculables. Hasta ahora la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, particularmente la Sección XXII que en sus inicios declarara ser de izquierda, al paso del tiempo se transformó en uno de los emporios más redituables que ha hecho ricos a muchos de sus principales miembros, aunque para aparentar sigan calzando huaraches, como de pronto lo hace el propio señor Ginés.

Tan solo el tesorero de la organización magisterial, Aciel Sibaja Mendoza, se dio el lujo de lavar en su provecho algo así como veinticinco millones de pesos mediante convenios con algunas empresas que brindaban servicios a la CNTE. Si eso logro para su propio beneficio, bastaría hacer un ejercicio de imaginación para calcular las cantidades que lavo en beneficio del señor Núñez Ginés, y la tropa que siempre lo ha acompañado en sus andanzas. Para decirlo claro y conciso, el señor Núñez Ginés y la plana mayor de la CNTE administraban y ejercían una cantidad cercana a los cinco mil millones de pesos anuales. Con esa cantidad se podrían haber construido cerca de mil escuelas primarias rurales que tanta falta le han hecho a Oaxaca, Chiapas, Guerrero y Michoacán, que son los estados más pobres del país y donde la organización magisterial ha registrado a sus mayores contingentes.

Pero también habrá que reconocer que del otro lado las cosas se hacían de la misma forma. Elba Esther Gordillo Morales disponía a su antojo no tan solo de las cuotas sindicales, sino de las cantidades extras que la dependencia le entregaba a manera de apoyos y programas de incentivos que nunca llegaban a los trabajadores. Tan solo en propiedades se calcula que la señora Gordillo tiene más de 300 millones de pesos. Por eso causa extrañeza que el señor Núñez Ginés ande tan campante después de todo lo que ha hurtado y saqueado porque la CNTE aplicaba la mayor parte del presupuesto educativo de Oaxaca. Sin lugar a dudas el crimen organizado magisterial seguirá haciendo de las suyas hasta en tanto el señor Núñez Ginés sea llevado a hacerle compañía a la profesora Gordillo. Al tiempo