Hace tres meses fue relevado de la Representación Diplomática en nuestro país, y conoce a la perfección la circunstancia en que se mueven los grandes negocios de la droga y la riqueza que producen. Es más, tiene información de primera mano porque la Central de Inteligencia Americana se la ministraba

cuando se desempeñó como Embajador de los Estados Unidos en México para que estuvo atento a los sucesos que ocurrieran en el mundo de las drogas y la pasividad gubernamental mexicana en torno al problema.

Christopher Landau criticó la actitud que ha mantenido el Presidente Andrés Manuel López Obrador ante el fenómeno del narcotráfico y la producción de drogas sintéticas que son enviadas al vecino del norte. Para decirlo de otra manera, una vez que ha dejado la Embajada del país vecino hizo pública la circunstancia que priva en nuestro país ante la pasividad presidencial por combatir a los distintos cárteles que mantienen como rehenes a los mexicanos desde su llegada al poder dejándolos hacer lo que les venga en gana.

Aunque no le guste al Presidente de la República, esa permisibilidad que ha otorgado a las organizaciones criminales ha provocado innumerables muertes entre los mexicanos, y aunque sean registrados en las cifras de los daños colaterales, en la conciencia llevar, si es que algún día la tuvo, la culpa de haber provocado miles de muertes de hombres, mujeres y niños, que han sido asesinados en diversas partes del país sin que hasta la fecha haya movido un dedo para detener la violencia. Por el contrario, tiene al Ejército Mexicano haciendo tareas de albañilería, lo que ha provocado un brutal enojo entre los mandos militares.

Quizá esa circunstancia explícita su comportamiento de dar la orden de liberar a Ovidio Guzman cuando había sido detenido por el Ejército Mexicano pretextando que con ello evitó que hubiera muchas muertes entre los ciudadanos, lo que no deja de ser una burda estratagema que lo muestra en toda su dimensión y pudiera corroborar la versión de que siempre mantuvo un pacto con los grupos criminales que proporcionaban grandes cantidades de dinero para que siguiera haciendo campaña por todas las latitudes del país.

Como siempre su excusa es que su gobierno no recibe órdenes ni instrucciones desde el extranjero porque México es un país libre e independiente. Pero se le olvida que una de las principales funciones del Estado Mexicano es la Seguridad Pública, esa que hasta ahora sigue siendo una entelequia porque todas las organizaciones delincuenciales gozan de cabal salud y permisibilidad para seguir imponiendo el terror en la mayor parte del territorio del país . Hoy el Cartel de Sinaloa es el más poderoso y domina varios estados después de haber dado la instrucción de liberar a Ovidio Guzman quien al parecer goza de una protección gubernamental nunca antes vista.

Y es que esta circunstancia pudiera corroborar en el imaginario popular que efectivamente su pasividad responde a una oculta complicidad por haber recibido beneficios económicos para su campaña, de la cual nunca entregó cuentas a la autoridad electoral con la cantaleta de que la gente de todas las latitudes del país cooperaba para mantener su activismo permanente de muchos años. Por lo pronto ““la honestidad valiente” ha sido puesta en duda, pero si de algo podemos tener la certeza, es de que la Línea Doce del Metro dejó utilidades a Mario Delgado y Marcelo Ebrard por más de treinta y cuatro mil millones de pesos. ¿Donde fueron a parar? ¿Quizá en alguna campaña Presidencial? Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.

 

Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con 50 años de experiencia en el periodismo.