Cuando se tienen aspiraciones de ocupar un cargo público o de elección popular lo primordial es cuidar mucho el prestigio, pero sobre todo, limpiar el pasado, porque ahí se acumulan todo tipo de circunstancias adversas, y porque no decirlo, ahí se solventa o desaparece el prestigio o la fama que se haya

acumulado en el tiempo. Para decirlo de otra manera, hoy más que nunca el escrutinio público se convierte en el principal jurado de aquellos que aspiran a ocupar un cargo de elección popular mediante los mecanismos que establece la letra de la ley.

La línea doce del metro, a la que alguna vez intentaron llamar la ““Línea Dorada”, porque era una muestra de como se puede edificar una obra destinada a ser la mejor de un sistema de transporte que hasta ahora ha sido una de las mejores obras para el traslado eficiente de millones de hombres y mujeres que tienen que acudir a su fuente de trabajo de manera segura, pronta y a salvo de cualquier eventualidad de las que ocurren en el caos de tráfico que distingue a la Ciudad de México por las grandes distancias que en ocasiones se tienen que recorrer.

En su momento esa línea fue etiquetada como la mejor obra que pudo haberse construido utilizando tecnología de punta para determinar el trazado y mantener los estándares de calidad que habían desarrollado los gobiernos neoliberales, cuando Marcelo Ebrard era parte de ellos. Por cierto, el poderoso hombre que ocupaba la cartera de Finanzas en el esquema de gobierno del aún Distrito Federal era Mario Delgado, quien proyectó inicialmente el costo total sobre los diecisiete mil millones de pesos, pero da la casualidad que terminó costando más de cincuenta mil millones porque las estimaciones se hicieron mal.

Desde el inicio de las operaciones, cuando se presumió y se reseñó la tecnología de punta utilizada en su diseño y construcción, se presumió que nunca antes se había logrado la hazaña de realizar una obra con tanta calidad y lo magnífico de su trazo que permitiría trasladarse desde la Delegacion Tlahuac al Centro de la Ciudad de México. Desde luego que los costos se inflaron de forma desmedida, y mucho se dijo que de esa obra salieron los fondos para que Andres Manuel López Obrador siguiera haciendo su trabajo para alcanzar la Presidencia de la República.

El escándalo financiero se convirtió en la identidad de Marcelo Ebrard, quien se ausentó del país durante seis años tratando de evitar un proceso judicial por los hurtos del presupuesto de la obra, que presuntamente fueron a parar en la campaña presidencial de Andres Manuel López Obrador. Marcelo Ebrard regresó el día en que el señor Lopez fue declarado Presidente Electo del país, y mediante una entrada rimbombante a la casa de campaña de la Colonia Roma mostró su regocijo por la hazaña en la que participó. Pero el hombre que manejo las finanzas y fue autor del cuantioso hurto de más de treinta y cuatro mil millones de pesos se llama Mario Delgado, quien debiera estar en la cárcel pero ha sido protegido desde Palacio Nacional.

Hoy la comedia montada se ha caído a causa del accidente en el que murieron veintiséis personas. Pese a las advertencias de diversos especialistas, a la señora Florencia Serranía, quien ocupa la cartera de Directora General del Sistema de Transporte Colectivo Metro, y también la de Directora de Mantenimiento, le importó un comino el mantenimiento preventivo y correctivo, y tendría ya que haber sido imputada, pero por desgracia cuenta con la protección del Presidente de la República al que poco le importaron las víctimas.

Una investigación de The New York Times ha mostrado los graves fallos en la construcción y las presiones políticas qué hay detrás de una tragedia que amenaza tanto a Marcelo Ebrard como a Claudia Sheimbaun. Mientras tanto el inquilino de Palacio desestimó la tragedia señalando que ““gente humilde, trabajadora, buena, entiende que estas cosas desgraciadamente suceden”. Mario Delgado debiera ser encarcelado por el cuantioso robo. Marcelo Ebrard también por su irresponsabilidad de la supervisión en la construcción. Claudia Sheimbaun también tiene culpa, y Florencia Serranía hace tiempo que debió ser encarcelada por su negligencia. Sin lugar a dudas Lopez Obrador se ha quedado sin candidato a su propia sucesión, pero no descartemos la posibilidad de que pretenda reelegirse. Así de simple se minimizan las tragedias cuando se pretende mantener el poder. Al tiempo. Vladimir.Galeana @gmail.com

Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con 50 años de experiencia en el periodismo.