Sin lugar a dudas, el ejercicio de Revocación de Mandato mostró muchas inconsistencias operacionales de los organismos gubernamentales que hasta

ahora maneja la mal llamada Cuarta Transformación, que ni es Cuarta y mucho menos transformación porque no es más que grupos deshilvanados de hombres y mujeres de distintos orígenes y distintos intereses a los que une una sola cosa: el monto de las dádivas que se reparten desde la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México encabezada por Claudia Sheinbaun.

Por lo pronto habrá que señalar que la operación encabezada por Claudia Sheinbaun y Marti Batres para engrosar las filas de los hombres y mujeres que presuntamente militan en el Movimiento de Regeneración Nacional y que se volcarían a las urnas para apoyar la causa de Andrés Manuel López Obrador quien buscaba desesperadamente que dicha consulta adquiriera el carácter de vinculatoria porque así se los exigió el Inquilino de Palacio Nacional, y quien estaba esperando resultados favorables a su propósito, que no era otro que su propia reelección.

Los gritos se escuchaban a bastante distancia, y sus interlocutores tuvieron que mantenerse en silencio la mayor parte del tiempo en que permanecieron en posición de firmes, escuchando una seria de improperios propios de un dictador enojado como nunca lo habían visto y que bufaba a cada rato para tomar aire y seguir manifestando improperios a causa del coraje con el que amenazaba a quienes eran los responsables de dar buenas cuentas y que al final solo consiguieron menos de la mitad de votantes.

Las más de dos mil camionetas de pasaje público que se contrataron desde la oficina de Claudia Sheinbaun nunca estuvieron llenas porque nadie se acordó de que la gente está a acostumbrada a que la lleven y la traigan, porque así es el modelo que ha sido utilizado por los coordinadores de grupos del Movimiento de Regeneración Nacional que hasta ahora había venido siendo efectivo, pero fueron las instrucciones de Claudia Sheimbaun las que trastocaron la estrategia de movilización dando al traste a la finalidad de alcanzar las urnas.

Si la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México pensó que tenía posibilidades de alcanzar la candidatura a la Presidencia de la República, se equivocó rotundamente, porque no tan únicamente no tendrá lo que pensaba y hasta ahora quizá nunca alcance otra oportunidad de crecimiento porque con su entrometimiento como quienes saben movilizar masas, ella lo único que logro fue la disgregación de los grupos sociales que nunca tuvieron claro el lugar a donde deberían haber ocurrido para efectuar su derecho al voto.

Señalan los que saben que las carcajadas de Ricardo Monreal se escuchaban a más de cien metros cuando lo enteraron del fracaso de la movilización implementada por la Jefa de Gobierno, que ante su fracaso casi se le hincaba al “Prócer de los pobres”. El problema es que ante el desastre del operativo para llevar a la militancia morenista a las urnas, pese a las más de dos mil camionetas de pasajeros que se rentaron, la utilidad fue pírrica y eso es lo que más enojo al Presidente de la República. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.

Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con 50 años de experiencia en diversos medios de comunicación.