Quienes saben del tema simplemente señalan que el Narcisismo son “las cualidades de la personalidad que incluyen

tener una imagen muy elevada de uno mismo, necesitar admiración, creer que los demás son inferiores y no tener empatía por los demás. Y desde luego que una vez que mis lectores comiencen a ver este texto, de manera inmediata sabrán de quien estoy hablando. Así de simple la circunstancia que vivimos en este país donde el Narcisismo es parte de nuestra vida diaria.

El Narcisismo es uno de los trastornos de la personalidad ingresada en el manual de estadísticas y trastornos mentales. Señala la leyenda que cuando Narciso se miró a sí mismo en el rio al ir a beber agua, se percató de su gran belleza quedando admirado y totalmente enamorado de sí mismo, después conoceríamos esa circunstancia a través de los tratados acerca de la “"Egolatría”, que es un síntoma humano que todos en un momento de nuestra existencia se presenta de manera imperceptible en muchas ocasiones.

Nada tiene de extraño que los lideres, en cualquiera de sus etapas y ocupaciones, en muchas ocasiones comiencen con este tipo de síntomas, pero una vez agudizado el problema es mayor y en algunas ocasiones con resultados catastróficos. Pero también habrá que señalar que esa circunstancia puede degenerar en una etapa en el que quien lo padece puede entrar en un estado en el que se sienta con un halo de superioridad antes los demás. Y no es un problema menor, porque después vendrán las frustraciones minimizando a los demás.

Dicen los tratadistas del tema, que el narcisista tiene un sentido grandioso de su propia circunstancia e importancia, y que le gusta mostrar superioridad con un elevado ego que está muy lejos de ser verdadero, y por lo tanto son seres con una Añorve carencia de seguridad en sí mismos, y eso en ocasiones propicia miedos que los aterra de manera enfermiza, pero con la particularidad de culpar a los demás por sus propios males. Y no se trata de asemejar esta serie de conductas con alguien en especial, pero bien vale la pena hacer el ejercicio de ver nuestro entorno para darnos cuenta de la realidad que padecemos.

Sentirse grandioso desde su propia perspectiva lo hace pensar en que es un ser superior, y detenta un ego elevado que está lejos de resultar verdadero, pero insisto, son parte de las características de su propia realidad. Y esa conducta muestra y demuestra un sentido grandioso de su propia circunstancia porque son proclives al manejo del ego como poseedores de la verdad única. Y esto es lo que los mexicanos vivimos todos los días por desgracia, pero como dicen por ahí, no hay mal que por bien no venga.

Pero la realidad siempre se impone, y las consecuencias pueden resultar catastróficas y muy destructivas. Por desgracia eso es lo que estamos viviendo y seguiremos inmersos en ese halo de irrealidad en que se mueve quien por ahora detenta el poder presidencial. Lo peligroso de esta lamentable realidad es que en cualquier momento pudiera pensar en alargar el mandato presidencial, lo que sería el más grande desafío a las instituciones y a los mexicanos de todas las latitudes. Al tiempo.

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Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con cincuenta años de experiencia en diversos medios de comunicación.