sinpunto

Siendo la democracia en su definición más simplista un sistema político que defiende la soberanía del pueblo y el derecho del pueblo a elegir y controlar a sus gobernantes, cabe discernir qué tan democráticos somos en México. Aunque para ello debemos reconocer que el lenguaje político está lleno de ambigüedades por así convenir a quienes se dedican al que debiera

ser el más noble oficio del mundo. Por eso muchas de las palabras que se utilizan en la política tienen diversos significados de acuerdo al momento y al lugar, y resulta difícil en los tiempos que vivimos intentar realizar una definición clara y precisa del término democrático. Y no es que no podamos hacerlo, pero hay que considerar el erosionamiento semántico por el uso indiscriminado que le hemos otorgado a esa democracia a la que acudimos como referencia cuando de justificar decisiones públicas o privadas se trata.

Señalaba Roger Labrousse que nada indigna más a los partidarios de la democracia que encontrar que la palabra pertenece también al vocabulario de sus adversarios. En México también es patrimonio de los pillos. Dentro de ese subjetivismo al que nos han acostumbrado nuestros políticos, la retórica con un alto contenido de referencias democráticas es parte consustancial del ejercicio público político, aunque muchos de ellos tengan ahora más fijación por lo público que por lo político y lo democrático. Así, la democracia puede ser participación ampliada en la toma de decisiones, al igual que oposición tolerada cuando de abundar en ella se trata. Karl Popper señala que la democracia es el único de los regímenes en que los gobernantes cambian sin derramamiento de sangre. Esto quiere decir que en aras de la democracia se han logrado grandes transformaciones y cambios en diversas partes del mundo, aunque en otras la democracia se entienda como un sistema multifuncional de control social.

Hasta antes del derribamiento de la Cortina de Hierro el mundo mantenía dos concepciones distintas de la democracia. En occidente significaba libertad mientras que en oriente se utilizaba como formas de control por parte de las estructuras gubernativas. Alemania Federal era proclive a las prácticas abiertas que proliferaban en occidente, mientras que Alemania Democrática tenía todo menos democracia. Por eso hay quienes señalan que la democracia es un concepto compuesto de realidades y de ideales. En occidente existían ideales, pero en oriente eran duras las realidades. Sir Winston Churchill se distinguió por su agrio sentido del humor, y cuando se refería al tema decía: “la democracia es el peor de los sistemas, a excepción de todos los demás”.

En México la democracia presenta significados de acuerdo al momento y a los caprichos retóricos de nuestros brillantes practicantes del fenómeno político. Pero también hay que señalar que pocos de ellos son verdaderos profesionales de la política. La impreparación es inversamente proporcional a los resultados que el pueblo ha esperado durante tantos años de aquellos quienes nos han gobernado. Y eso quiere decir que hasta ahora el balance resulta desalentador por dos circunstancias: carencia de profesionalismo y corrupción. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.