Híjole!. Dice el pueblo bueno y sabio que lo barato sale caro. También es común que repita: gasta como rico y ahorrarás como pobre.

 Pero tenga o no razón ese tan venerado y venerable pueblo, lo cierto es que aparte de una política pública de austeridad, polémica en sí en un país que hace décadas –no años- ha vivido con los cinturones harto apretados, me pregunto qué más ofrece el gobierno de la 4T en general y en particular la controversial nueva ombudswoman, Rosario Piedra.
En su primera rueda de prensa formal desde su igualmente controversial designación al cargo, Piedra dijo que impulsará una política de austeridad para ahorrar 30 por ciento de los recursos de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH).
Esos “ahorros” serán destinados al “apoyo directo” de las víctimas de abusos.
En su primer mensaje formal Piedra anunció 20 medidas de austeridad, entre ellas la reducción de su salario y el de los altos mandos del organismo que encabeza.
También abatirá –dijo- el gasto de operación y revisará la plantilla de empleados de confianza para eliminar el “burocratismo”, una operación cuchillo que la 4T está aplicando con sobrada eficacia y falta de sensibilidad humana en cuanta dependencia pública se le atraviesa. Allá los miles de afectados y sus familias en nombre de una austeridad que a la larga saldrá cara en términos económicos para no hablar de las repercusiones en otras esferas de la vida pública y privada del país. Esas familias sin empleo hoy, pues que se rasquen con las uñas que tengan.
Piedra también dijo que se bajarán los gastos de viáticos al mínimo para mantener solo aquellos que sean propios de las exigencias del trabajo. Ojalá. Esa reducción, debo decir, está afectando la operación institucional de diversos organismos, dependencias y aún secretarías federales. Me consta.
Se eliminarán de igual forma los llamados seguros de separación individualizada y hasta serán podados los inmuebles de la CNDH. Apretaditos, pues. Adiós además a los autos. Sugiero con todo respeto que analicen la conveniencia por ejemplo de que los visitadores usen transporte público. Quizá sea un recurso extremo, pero les aseguro que ahorraría recursos, aun y cuando consuma tiempo valioso.

También serán mínimos los gastos para publicidad. Así que es probable que cada vez sepamos menos de la gestión de la CNDH, al menos públicamente.
Una medida adicional de austeridad, anunciada por Piedra, será la negativa de autorizaciones para la contratación de personal externo para investigación. En su lugar, será esta tarea encomendada al propio personal del organismo, presuntamente autónomo. Una calidad, que dicho sea de paso, tendrá que probarse de manera fehaciente en forma tal que sepulte las enormes interrogantes al respecto.

Precisamente, entre esas dudas destaca una en particular muy significativa: ¿Hay algo más que austeridad en la CNDH? Veremos.

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@RobertoCienfue1