Las escenas vistas en las últimas 72 horas reflejan el arranque formal de la lucha por el poder en el Estado de México, una entidad clave, crucial, para la

Cuarta Transformación y el futuro de sus protagonistas centrales, tanto o más que para el propio PRI y aún el Grupo Atlacomulco. Así, lo que viene es candela, tal vez. Veamos.

 Primera escena: Vicente Serrano, el conductor de Sin Censura, y vinculado al poder de turno, suelta en la matutina del miércoles en el Palacio Nacional:

“Si me permiten los compañeros y si me permite usted, (presidente López Obrador) me gustaría hacerle dos planteamientos hoy y un recordatorio o mención de algo que, mañana se cumpliría un mes, usted me prometió aquí.

El 7 de junio pasado yo le vine a exponer que en una entrevista que me concedió Santiago Nieto, ex titular de la Unidad de Inteligencia Financiera, me había señalado que había dejado armada una investigación sobre los flujos de capitales que llevaban a (Enrique) Peña Nieto.

Serrano prosigue: Y en el marco de aquella visa dorada en España y su vida de millonaria, (sic) yo le preguntaba a usted si sabía esa investigación y me dijo que no. Y me dijo, palabras más, palabras menos: ‘Pero, muy fácil, vamos a pedirle a Pablo Gómez, actual titular de la Unidad de Inteligencia Financiera, que nos lo aclare’.

Serrano hizo ver el miércoles que mañana (jueves) se cumple un mes y yo le pregunto, presidente: ¿qué pasa en la Unidad de Inteligencia Financiera?, porque, a menos que a usted me diga que ya le dieron un reporte, pues a nosotros no se nos ha dicho qué pasó, y nosotros somos los que pedimos esa información.

¿Ya le informó Pablo Gómez si hay o no hay una investigación sobre Peña Nieto desde la Unidad de Inteligencia Financiera?"

 Punto y aparte. Para bateo con bases llenas. Macaneo puro, pues.

 Viene solícito López Obrador: “No, pero vamos a resolverlo, que venga Pablo mañana, ¿te parece?

 Interlocutor: Le agradezco, presidente. Ni más faltaba, agrego.

 Presidente Andrés Manuel López Obrador: Para que no pase del mes. Urge, agrego.

 Interlocutor: Yo sé que usted (presidente López Obrador) tiene un compromiso con la transparencia, pero nada más preguntar, porque pareciera que o algunos no escucharon el mensaje o no quieren entender el mensaje.

 Presidente López Obrador: No, todos escuchan, lo que pasa es que hay bastante trabajo y hay que estar recordando y empujando para que las cosas caminen.

En Palacio las cosas caminan despacio, ya tiene nota el Reforma.

Y aunque las cosas caminan despacio en Palacio, según su primer inquilino, más que raudo y veloz, Pablo Gómez Álvarez, se apersonó ayer jueves en Palacio Nacional.

 No es que estuviera preparado, no qué va. Pero se presentó. Pablo habló fuerte, contundente en este segundo acto y en seguimiento de la instrucción y compromiso del presidente, un devoto de la transparencia, según Serrano.

 Gómez Álvarez dio cuenta de la denuncia que presentó ante la Fiscalía General de la República contra Peña Nieto por presuntas operaciones de procedencia ilícita.

“Se detectó un esquema donde un expresidente obtuvo beneficios económicos”, dijo Gómez Álvarez, al señalar que el ex mandatario recibió unos 26 millones de pesos en transferencias internacionales entre 2019 y 2021.

Pácatelas. Misión cumplida. El golpe fue dado. Lo demás ya es secundario, al menos por ahora. Viene la parte difícil. Comprobar si Peña Nieto comprendió el mensaje de fondo. Después de todo, 26 millones de pesos, por favor, Aun cuando para muchos, entre ellos quien esto escribe, pueden constituir una fortuna, ¿qué significa ese monto para un expresidente como Peña Nieto? Me temo que no un exceso. Menos aún si bien se conoce su estilo de vida. 26 millones de pesos podrían ser una bagatela. Ojalá ese fuera el monto total de sus beneficios económicos, en caso de comprobarse. Pero también temo que ese no es el punto, sino el mensaje tras bambalinas, justo cuando se aceleran los preparativos electorales en el Estado de México, la entidad con el mayor patrón electoral del país. Hay que portarse bien, han dicho los Morenos, embelesados por sus triunfos y sólidos avances electorales luego de junio de hace un año. Les falta, sin embargo, la joya de la corona electoral, el Estado de México, tierra de Peña Nieto y su grupo político matriz junto con todo y PRI. En una respuesta institucional, Peña Nieto ya dijo que su patrimonio es legal y que podrá demostrarlo ante las instituciones en las que confía si es que se lo permiten. Santiago Nieto, antecesor de Gómez Álvarez en la UIF, precisó que la información del caso, de súbito puesto en la palestra nacional, ya había sido reportada. Nieto renunció a la UIF hace ocho meses. 

Tercer acto:

Claudia Sheinbaum, la jefa del gobierno de la Ciudad de México, ni tarda ni perezosa entró en escena sin el mayor ni el menor comedimiento.

Dijo que la denuncia contra Peña Nieto es un ejemplo claro -ufff- de que ya no hay impunidad. ¿Faltaba una declaración así? Hay que aclarar que una denuncia contra un expresidente o contra cualquier otro ciudadano mortal de este país, no constituye nada, salvo una denuncia. No hay ni siquiera un proceso penal abierto, y mucho menos una sentencia. ¿Nadie hace ver esto a la doctora Sheinbaum? ¿Acaso ella misma, una mujer con postgrado universitario, lo desconoce? ¿Y dónde queda la presunción de inocencia?

Saltan varios puntos al respecto. Un riesgo alto es que otras corcholatas usen en su contra sus declaraciones, y si las corcholatas no las usan en su contra, sí lo harán los candidatos opositores si ella es la elegida.

Colofón y cierre del telón:

 Es la lucha por el Estado de México y la supervivencia del grupo Atlacomulco, así como del mismo PRI.

La sangre no va a llegar al río, a no ser que los mexiquenses se empecinen. Es una advertencia: sigue el pacto de impunidad a cambio de que ni se te ocurra interferir en el proceso electoral que viene. Pórtate bien.

Así que el pleito por el poder puede escalar a alturas no imaginadas, frente a quien se siente Dios.

Pero cuidado: los pleitos de las élites siempre son de alto riesgo y severas consecuencias cuando se tornan reales.

Ya se verá. Es cierto, ha cambiado mucho el discurso, pero no las formas de usar la justicia.  

Roberto Cienfuegos J.

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@RoCienfuegos1