México, 5 de noviembre de 2025 ::: Un equipo de científicos desarrolló una herramienta basada en inteligencia

artificial (IA). Esta es capaz de predecir la función desconocida de las proteínas a partir de secuencias genómicas, sin una referencia previa.

 En cuestión de horas y sin necesidad de un entrenamiento, esta herramienta abierta y de uso libre tiene la capacidad de iluminar la función de cualquier proteína oculta en el “proteoma oscuro” (conjunto de proteínas cuya función aún se desconoce).
Mediante esta novedosa herramienta, llamada FANTASIA (Functional ANnoTAtion based on embedding space SImilArity), el equipo del IBE y el CABD ha analizado cerca de 1.000 genomas animales con una precisión cercana al 100 %, y ha asignado la función de 24 millones de genes codificantes de proteínas del proteoma oscuro. FANTASIA es capaz de trabajar con Big Data para analizar un genoma animal completo en cuestión de horas en un ordenador corriente, o en 30 minutos en un equipo especializado.
FANTASIA es capaz de trabajar con Big Data para analizar un genoma animal completo en cuestión de horas en un ordenador corriente, o en 30 minutos en un equipo especializado
Hoy en día se da por hecho que podemos sintetizar insulina para tratar la diabetes, pero esto no sería posible sin comprender la función de esta proteína esencial para la vida. Igual que la insulina, cada proteína cumple una función, y son los genes los encargados de codificarlas, brindando a las células el potencial de expresarlas a través de su maquinaria una y otra vez.
El genoma de cualquier organismo alberga la fórmula para sintetizar cualquiera de sus proteínas, es decir, su proteoma. Sin embargo, desconocemos la función de buena parte de los genes que vertebran el árbol de la vida.
En humanos ya se conoce la función de la mayoría de las proteínas —alrededor del 80 - 90 %—, pero en otros mamíferos esa cifra disminuye, y en invertebrados la función de más de la mitad de las proteínas sigue siendo un misterio. Aunque es posible leer los miles de millones de letras de su secuencia de ADN codificante, la función biológica de muchas de esas proteínas permanece oculta, y con ello se escapan pistas fundamentales sobre la evolución de las especies, su metabolismo o, incluso, su salud.
Hasta la fecha, la principal forma de predecir su función era comparando los genes que las codifican con otros similares en su secuencia genética, llamados homólogos, un método limitado que deja fuera buena parte de ese universo aún por explorar.