GUADALUPE PINEDA

México, 17 Nov (Notimex).- La cantante mexicana Guadalupe Pineda (Guadalajara, 1955), quien se ha presentado con éxito en los teatros Harris de Chicago y Du Rond Point de París, y en la Catedral de Notre Dame de la misma ciudad, se declaró fiel admiradora del maestro Miguel Bernal Jiménez, de quien dijo, podría grabar parte de su obra coral.

“Admiro al maestro Bernal. Fue un hombre que dejó una huella especial en México. Sin embargo, grabar una obra coral completa no sería mi primera intención, pero sí podría yo grabar algo de él, pues su legado musical es enorme y extraordinario por su calidad”, dijo la intérprete al hablar de Bernal Jiménez (1910-1956), compositor, organista, pedagogo y musicólogo.

Cabe señalar que el maestro Bernal, quien da nombre al Festival de Música que se lleva a cabo hasta el 30 de noviembre, nació el 16 de febrero de 1910 en esta ciudad y murió el 26 de julio de 1956, dejando una obra de 251 registros, entre música instrumental y vocal, sacra y profana, por lo que es considerado el máximo representante de la música sacra en el siglo XX.

Durante una entrevista con Notimex, previa a su actuación anoche, en el citado festival, la cantante de música popular compartió que ahora lee lo que siempre le ha gustado, es decir, novelas históricas. “Ahora estoy leyendo una serie sobre los Reyes Católicos, su historia y circunstancias de vida”.

La cantante con más de 38 años de carrera, a través de los cuales ha compartido foros con Mireille Mathieu, Linda Ronstadt, Pablo Milanés, Fernando de la Mora y otros grandes, aseguró que no sólo la novela histórica ocupa su tiempo libre entre estudios y ensayos, grabaciones y conciertos, también, subrayó, es apasionada de los ensayos filosóficos.

Al hablar sobre los grandes cantantes que ha dado México, la tapatía subrayó que como hace algunas décadas el guanajuatense José Alfredo Jiménez (1926-1973), el oaxaqueño Alvaro Carrillo (1921-1969) y el potosino Julián Carrillo (1875-1965) dieron lustre a la literatura musical mexicana, hoy existe una nueva generación de autores de gran talento.

En ese contexto, citó que los michoacanos Juan Gabriel (1950) y Marco Antonio Solís (1959), así como el guerrerense Joan Sebastian (1951), autores de las páginas más bellas del cancionero popular mexicano de las últimas décadas, junto con el yucateco Armando Manzanero (1935), “son algunos letristas de quien me gustaría grabar un nuevo disco”.

Son autores populares, añadió, que están dejando una huella impresionante en el corazón y el alma de México, y los ponderó porque ellos trabajan fuerte por el arte y la cultura del país, que “es más grande que todos los problemas que podamos tener a causa de los conflictos que en tiempos recientes los mexicanos hemos conocido y lamentado”.

Dicho lo anterior, Guadalupe Pineda subió al enorme escenario instalado en la Plaza Valladolid de esta ciudad para dar rienda suelta a lo suyo. “Donde manda el amor”, “Cómo fue”, “El vendedor”, “Momentos” y “Gracias a la vida”, esta última con una evocación de sus años iniciales como cantante en diversas peñas, iniciaron el recital.

Luego se desgranaron canciones como “Fina estampa” y las que incluyó en un popurrí contemporáneo con temas de Marco Antonio Solís, Joan Sebastian y Juan Gabriel, los tres autores mexicanos vivos que ella admira “porque están trazando el cancionero de la música nacional que habrá de permanecer por toda la vida más allá de las fronteras”.

De su nuevo disco compacto, que habrá de ver la luz en enero próximo, cantó “Qué bonita es la vida” original del grupo Tres de Copas, y luego, evocó su actuación en el Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México elevando la voz para interpretar los tangos “El día que me quieras” y “Volver”. Enseguida dio paso a los boleros románticos.

De esa forma, entonó “Historia de un amor” y “Sabor a mí”, tema que el público cantó junto con ella. En medio de aplausos avanzó en el programa y tras ello, Pineda lanzó la arenga que todos escucharon con emoción: “Somos gente de paz, gente que ama a la gente. México es más grande que sus problemas… Viva México. Viva Morelia”, clamó.

Hasta el tablado llegó el Mariachi Ordaz de Michoacán. Guadalupe Pineda adoptó la actitud bravía y nacionalista que el instante requería, para cantar temas como “Serenata huasteca”, “Cielo rojo”, y las llamas se encendieron cuando interpretó “Caminos de Michoacán”, que llegó hasta el mero corazón de los asistentes, casi todos michoacanos.

Verónica Bernal Vargas, directora del Festival de Música de Morelia, subió al escenario y obsequió a la cantante un hermoso reboso confeccionado por artesanas de Michoacán. “Lo usaré en todos los conciertos que a partir de hoy ofrezca yo en todo el mundo”, dijo la artista, visiblemente emocionada, al tiempo que rápidamente se cobijó con la prenda.

No podía faltar “Yolanda”, la canción que lanzó a la fama a la cantante, y que el público le solicitó al tiempo que no la dejaba ir. La Plaza Valladolid, prácticamente ocupada hasta su máxima capacidad, hizo el coro monumental de esa melodía que el cubano Pablo Milanés escribió en 1970.

Finalmente, los asistentes, satisfechos, abandonaron la amplia plaza.