Gales, 02 de noviembre 2023—Cuando se escriba sobre la pandemia en los libros de historia, será sobre

los grandes tópicos: los contagios y las muertes, la labor de los médicos, la carrera por la primera vacuna y los días de cuarentena. Probablemente queden más olvidados, como una nota al pie, aquellos días en los que lavamos la fruta con lavandina, los cumpleaños por Zoom o las citas virtuales.

 Son en esos momentos, mucho menos relevantes a nivel global pero esenciales en la vida personal, en los que la ficción puede llenar vacíos y hacernos entender qué pasó, incluso mejor que cualquier tratado de historia. En su última novela, el autor galés Ken Follett nos lleva a los comienzos de la revolución industrial. Pero esta no es una historia sobre cómo las máquinas cambiaron el mundo. Es la historia de un grupo de personas intentando sobrevivir en su día a día.

*La armadura de la luz* es la quinta y última entrega de la saga de ficción histórica *Los pilares de la tierra*. Cada novela autoconclusiva sigue a un grupo de personajes de Kingsbridge, una aldea ficticia del sur de Inglaterra, en distintas épocas y cómo sus vidas personales se van enlazando con los sucesos históricos de las eras que abarca.

El primer libro, *Los pilares de la tierra*, publicado en 1989 y que le da nombre a la saga, transcurre en la Inglaterra medieval durante un periodo conocido como “La anarquía”. El segundo, llamado *Un mundo sin fin*, está situado durante la peste negra y la Guerra de los Cien Años. La tercera entrega, *Una columna de fuego*, comienza en el año 1558 y da cuenta del periodo isabelino que dividió Inglaterra entre adherentes y detractores de la reina Isabel I. Además hay una precuela titulada *La tiniebla y el alba* que cuenta la fundación de Kingsbridge durante la Edad Oscura, en el siglo X. La saga en su conjunto ha vendido unos 50 millones de ejemplares en todo el mundo.

“Las historias son sobre los personajes y sus vidas, sus amores, sus temores, sus esperanzas, pero todo proviene de la Historia, que yo siento que hace que la historia sea más real”, comentó Follett en la presentación de *La armadura de la luz* en Madrid. La historia no es un mero telón de fondo para situar “en una época” a los personajes; la inflación a causa de la guerra, el endurecimiento de las leyes antisindicales, el nacimiento de los movimientos luditas, entre muchos acontecimientos, afectan la vida y guían las decisiones de los protagonistas.

La novela empieza en el año 1792 y está dividida en siete partes que se extienden hasta principios del siglo XIX; una época marcada por la Revolución Francesa, las guerras napoleónicas y el salto tecnológico que dio lugar a la revolución industrial.

La primera parte se llama “La máquina de hilar” y transcurre entre 1792 y 1793. Aquí se nos presenta a los personajes que serán protagonistas de todo el volumen. La mayoría están involucrados directa o indirectamente en el negocio textil, ya sea como hilanderas, comerciantes o dueños de fábricas. La llegada de la hiladora Jenny, una de las máquinas que dio lugar a la revolución industrial permitiendo que una sola hilandera trabaje con 8 hilos a la vez, revoluciona la vida de todo Kingsbridge.

Los personajes de Follet son sujetos comunes, muchas veces con muy poco poder propio. Un accidente, producto de la negligencia del hijo de uno de los grandes terratenientes, Will Riddick, deja viuda a una mujer de clase trabajadora, Sal Clitherhoe, y huérfano a su hijo, Kit. Esto hace que el niño tenga que empezar a trabajar a los 6 años (y no a los 7, como se estilaba en la época) como empleado doméstico primero, y ayudando a su madre a operar la hiladora Jenny después.

También es la historia de Amos Barrowfield, un joven empresario textil que acaba de heredar una gran deuda de su padre y está al borde de perder su negocio, y la de su amiga Elsie, hija del párroco local que intenta abrir una escuela dominical para los niños pobres del pueblo.

Las tensiones personales que se desarrollarán con mayor fuerza en tramas sociales a lo largo del libro nacen en estas primeras páginas. Algunos personajes pertenecientes a la clase trabajadora quieren discutir sus condiciones laborales pero la elite del pueblo, asustada por la Revolución Francesa, toma medidas drásticas para frenar el impulso, rompiendo sus reuniones y mandando a azotar a cualquiera que muestre descontento. La pluma de Follett sabe narrar la crueldad de los hombres que no han perdido nada, pero temen perder todo.

La segunda parte, titulada “La rebelión de las amas de casa”, se sitúa en 1795 y es un evento poco conocido en la historia de Inglaterra. Un invierno duro, sumado a la guerra contra Francia y la especulación con el valor del grano, causó un aumento descontrolado de precios que llevó a la naciente clase trabajadora a no poder acceder a los alimentos básicos. En varios poblados, las mujeres se organizaron para robar pan y granos y devolverles a los comerciantes el dinero que estos costaban antes de subir de precio. Por el pánico que produce en las clases dominantes inglesas, los castigos fueron muy desproporcionados.

La tercera parte, titulada “La ley de la asociación”, transcurre en 1799 y cuenta la formación y rápida proscripción de sindicatos frente a la ola de desempleo producto de la crisis por la guerra y la automatización de las tareas.

Las últimas cuatro secciones del libro están atravesadas por las guerras napoleónicas y sus consecuencias. Una parte del relato se traslada a Europa continental, donde algunos de los residentes eligen o son obligados a luchar contra los franceses.

*La armadura de la luz*, uno de los libros que encabeza la lista de más vendidos del mes de octubre de The New York Times, cuenta, a través de la cotidianidad y la historia pequeña de personajes que se desarrollan ante nuestros ojos durante 40 años, la vieja tensión entre quienes quieren reformas para mejorar la vida de los trabajadores y quienes prefieren mantener el *status quo*. Editado en Argentina por Penguin Random House, también se encuentra en el ranking de las novedades más vendidas de ficción.

Ken Follet tiene el magnetismo irresistible de ciertos autores de *best-sellers* internacionales, hábiles en lograr un ritmo que hace que uno pueda leer un libro de 829 páginas sin soltarlo, como quien mira una temporada de 10 capítulos en Netflix de un tirón. *La armadura de la luz* es un libro ideal para quienes perdieron el hábito de la lectura, pero quieren volver a intentar.