Ciudad de México, México, 30 de junio de 2025 ::: Dueño de un gran sentido del humor, enamoradizo,

cercano al anarquismo, proclive al vegetarianismo, aficionado a nadar y remar, así es el Franz Kafka que nos presenta la serie de televisión titulada Kafka, del director y guionista austriaco David Schalko. Esta producción está basada en una de las biografías más autorizadas del autor de El proceso, escrita por Reiner Stach.

La serie, de seis capítulos, será un estreno de TV UNAM, que la transmitirá del 2 de julio al 6 de agosto, los miércoles a las 19:30 horas, con retransmisión los sábados a las 20 horas.

El estreno se enmarca en la celebración, en 2025, del centenario de la aparición en castellano de la novela corta La metamorfosis, una de las obras maestras del autor checoslovaco cuyo centenario mortuorio se recordó en 2024.

Cada capítulo de la serie está contado desde una perspectiva diferente y alude a una figura fundamental o a un aspecto importante de la vida del escritor. Así, el primer capítulo está dedicado a Max Brod, amigo íntimo del escritor y su albacea literario. Protagonista también de la gran leyenda: se rehusó a ejecutar el encargo de Kafka de quemar la obra entera. Por el contrario, la dio a conocer al mundo.

Los capítulos dos, cinco y seis analizan tres muy distintas relaciones sentimentales de Kafka, la que tuvo con su primera prometida, Felice Bauer, con quien nunca llegó a casarse, aquella con la escritora Milena Jesenská, y la que entabló con su última compañera de vida, Dora Diamant, quien se mantuvo a su lado durante la tuberculosis que finalmente acabo con su vida y en la etapa de madurez de su escritura.

Los capítulos tres y cuatro visitan el ámbito familiar y el laboral. Aquí aparece, entre otros, el terrible padre de Kafka, Hermann, con quien nunca tuvo una buena relación, y quien sería el objeto de Carta al padre. Mientras que en la oficina nos internaremos en lo que al escritor le parecía una sofocante realidad, siendo gerente del Instituto de Accidentes Laborales de Bohemia, a pesar de que sus jefes lo consideraban brillante e indispensable, e incluso lo libraron del reclutamiento durante la Primera Guerra Mundial para que continuara llevando a cabo el trabajo, que se le daba muy bien.

El realizador David Schalko, en una entrevista concedida al servicio de radiodifusión pública de Estados Unidos (NPR), comentó la necesidad de dar a conocer la verdadera personalidad de Kafka, que no tenía relación con sus escritos y que era más compleja. Se le conocía por ser un muy buen orador, de hecho, y la serie muestra a un Kafka muy distinto, aseguró el director.

Por mucho tiempo se pensó que la primera traducción al castellano de esta novela había sido obra de Jorge Luis Borges, ya que tradujo para Editorial Losada otros cuentos incluidos en el volumen La metamorfosis, publicado en 1938 en Buenos Aires, y, de alguna manera, se le terminó por atribuir la traducción de todos los textos; cuestión que el mismo Borges aclaró de manera tangencial y que terminó por resolver en 1999 Cristina Pestaña Castro, catedrática en Filología Alemana de la Universidad de Valladolid.

La académica comprobó que, dividida en dos partes, la novela corta de Kafka se publicó al año siguiente de su muerte, en 1925, en los números XXIV y XXV de la Revista de Occidente, dirigida por José Ortega y Gasset, correspondientes a junio y a julio. Su investigación reveló también que el nombre del supuesto traductor, Galo Sáez, es un pseudónimo, y que quizá la traducción, aunque no le fue posible reunir pruebas irrefutables, fue obra de Margarita Nelken, escritora, diputada y, ulteriormente, exiliada en México.