Ciudad de México, México, 30 de septiembre de 2025 ::: Casa del Lago UNAM presenta una selección de obras

del icónico artista Andy Warhol. La colección, proveniente del Luckman Fine Arts Complex de la Universidad Estatal de California (Cal State University), reúne serigrafías, impresiones en gelatina de plata y una amplia serie de polaroids que Warhol produjo durante la segunda mitad de los años setenta y principios de los ochenta.

 Más que simples retratos, las fotografías fueron herramientas fundamentales en su proceso creativo. Warhol solía observar, estudiar y coleccionar rostros e identidades que posteriormente transformaría en aquellas emblemáticas obras que definirían el arte pop en del siglo XX. Su mirada era insistente, distante, casi clínica. Fascinado por la vigilancia, lo cotidiano y lo privado, Warhol adoptó el rol de testigo silente del espectáculo humano: “Solo miro. Realmente no hago nada”, dijo alguna vez.
Su uso de tecnologías visuales —la cámara Polaroid, el video, el cine— se convirtió en una forma de voyeurismo artístico. Obras fílmicas como Chelsea Girls o Blow Job son ejemplos de su apuesta por la observación como lenguaje estético. En ellas, la cámara permanece inmóvil, capturando sin intervenir, como si buscara atrapar lo real en su estado más esencial.
Las polaroids aquí reunidas son testimonio de una era, pero también de un deseo: Warhol proyectaba en sus retratados sus propias aspiraciones, obsesiones e inseguridades. Muchos de esos rostros desaparecieron del ojo público, pero la mirada de Warhol persiste, congelada en el tiempo. Bajo su lente, aquellas personas “famosas por 15 minutos” se volvieron fragmentos eternos de un imaginario colectivo.
La muestra incluye también una selección de impresiones en gelatina de plata, imágenes que revelan otras fijaciones del artista: mitos, íconos domésticos, signos urbanos que aparecían y desaparecían en su práctica diaria. Estos registros, a veces caprichosos, a veces profundamente reflexivos, se presentan como exploraciones que nutrieron sus obras más conocidas.
Del mismo modo que estas imágenes amplían la mirada de Warhol, el diseño museográfico propone un recorrido que conjuga pensamiento arquitectónico y artístico para sugerir una óptica en movimiento que alude al imaginario de los encuentros fotográficos entre el artista y sus sujetos u objetos. El espacio, concebido como un elemento activo, se entiende aquí como un dispositivo que organiza la experiencia, la dirige y la amplifica: no solo enmarca las obras, sino que guía la mirada, despierta la curiosidad y transforma el modo en que se perciben las imágenes. El azul dominante evoca tanto la estridencia y el brillo característicos de la estética pop como su dimensión sensorial y envolvente. Mientras tanto, los reflejos, las estructuras verticales y los dispositivos metálicos que sostienen las polaroids sitúan a los retratados como protagonistas efímeros de un escenario colectivo. Estos elementos materiales no son neutrales, remiten a la industrialización de los interiores arquitectónicos de la época y a The Factory, aquel laboratorio de creación y centro social que Warhol recubrió con papel de aluminio para convertirlo en un espacio de producción incesante, intercambio cultural y experimentación comunitaria.
El diseño museográfico de la muestra sugiere una óptica en movimiento que alude al imaginario de los encuentros fotográficos entre el artista y sus sujetos u objetos; mientras que los diferentes elementos evocan lo que fue el interior de The Factory y la estridencia que caracteriza al arte pop. De esta forma, el espacio, concebido como un dispositivo activo, organiza la experiencia, la dirige y la amplifica para transformar el modo en que se perciben las imágenes. Al recorrer este espacio, además de contemplar una prolífica producción artística, el público se sumergirá en un legado vivo que invita a reimaginar la imagen colectiva de una época y a reflexionar sobre la vigencia de la mirada de Warhol en nuestro presente.
Esta exposición, fruto de la colaboración entre el Luckman Fine Arts Complex y Casa del Lago UNAM, propone un diálogo transnacional sobre el legado de Warhol y su impacto en los circuitos artísticos tanto en México como en Estados Unidos. Al mismo tiempo, abre la posibilidad de pensar el coleccionismo universitario como una plataforma pedagógica y cultural capaz de conectar contextos, generaciones y prácticas artísticas desde una mirada crítica e institucional.