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John Gray (Inglaterra, 1948), quien es considerado uno de los pensadores más importantes de nuestro tiempo, sorprende al lector en español con su reciente entrega “La comisión para la inmortalización”, obra en la que habla de la ciencia y la extraña cruzada para burlar a la muerte, obsesión de la humanidad desde toda la vida.

En este ensayo de 248 páginas, el autor, quien ha sido profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Oxford y de Pensamiento Europeo en la London School of Economics, recuerda que Leonid Krasin, ingeniero de la antigua Unión Soviética, propuso congelar el cadáver de Lenin para volverlo a la vida cuando fuera científica y técnicamente posible.

Krasdin y su experimento eran parte de la conocida “Comisión para la Inmortalización”, y de eso trata precisamente el nuevo y fascinante ensayo de John Gray, de la obsesión humana por trascender la mortalidad.

El tema, apasionante para todas las generaciones desde que el hombre es hombre, es abordado aquí con seriedad y absoluto conocimiento.

El análisis indica que los investigadores psíquicos victorianos pretendían demostrar, de una manera científica, la existencia del alma. Para ello se servían de extrañas sesiones de espiritismo en las que escribían textos automáticos interconectados para contactar, no con el magma del inconsciente, como harían más tarde los surrealistas, sino con el más allá.

Por otro lado, los “Constructores de Dios” de la Unión Soviética no buscaban pruebas de vida después de la muerte, sino divinizar a la humanidad a través de la técnica y la razón, creando a un nuevo hombre libre de imperfección. Pero para matar a la muerte habría que matar primero al hombre. Y eso fue lo que hizo la eficiente máquina de muerte soviética.

Espiritismo, bolcheviques, Darwin, dobles agentes, extravagantes profesores ingleses, presencias ultramundanas, sociedades secretas, Stalin, extraterrestres, mesías póstumos y la momia de Lenin, es decir, una galería de personajes y de situaciones digna de una novela, es lo que en manos de John Gray da lugar a un ensayo bien lúcido y apasionante.