El Museo de Arte Moderno (MAM), que se ha caracterizado como un espacio que ofrece a sus visitantes una experiencia individual y trascendente respecto al arte y la cultura, cumplirá este 20 de septiembre su 50 aniversario.
Este emblemático espacio, en el que alberga más de tres piezas, principalmente pinturas, esculturas, fotografías, dibujos y grabados del arte mexicano del siglo XX, además de contar con una importante programación destaca por su bello inmueble, que enfatiza una vocación contemporánea.
El MAM abrió sus puertas el 20 de noviembre de 1964, como parte del programa de institucionalización de la cultura que caracterizó al gobierno de Adolfo López Mateos (1910-1969), durante el cual se inauguraron también el Museo Nacional de Antropología, el Museo Anahuacalli, la Pinacoteca Virreinal, el Museo de Historia Natural y el Museo de la Ciudad.
El inmueble, inspirado en un diseño del arquitecto Pedro Ramírez Vázquez (1919- 2013) en colaboración con Rafael Mijares (1924), se distingue por tener formas orgánicas, una estructura libre y el uso de acabados y materiales constructivos en un tiempo de moda, como el cristal, el mármol blanco, el pedernal en bruto, el aluminio y la fibra de vidrio.
El proyecto original de este espacio contemplaba un auditorio, una biblioteca y bodegas, que nunca llegaron a concretarse, mientras que sus jardineras y los andadores fueron diseñados por Juan Siles, durante la dirección de la escultora Helen Escobedo (1934-2010).
Desde sus primeros años, el MAM promovió, a través de sus contenidos, la vanguardia artística y la internacionalización de los artistas mexicanos, especialmente de aquellos posteriores a la generación de la Ruptura.
De acuerdo con el portal de Internet “museoartemoderno.com”, este recinto capitalino ha sabido adaptarse a la cultura global y digital, y actualmente tiene como principal función focalizar aquellas tendencias y narrativas de los lenguajes que impulsan la escena de las artes visuales, dentro y fuera de México, y analizar su genealogía en relación a las tradiciones en que se insertan.
El MAM cuenta con un perfil inclusivo, que dicta en consecuencia una línea curatorial centrada en el acceso prioritario a las ramificaciones del arte moderno que sintetiza la trama de su acervo, y que atiende de manera simultánea los fenómenos estéticos más relevantes en los diversos campos de la creación actual.