México, 24 de noviembre de 2025 ::: La nutricionista Raquel Capel sostiene que para seguir una dieta correcta,

“influye el sesgo personal”. La experta asegura que la elección de hacer tres o cinco comidas al día, o practicar el ayuno, "depende de la persona".

 Antes de continuar con la importancia de adaptar la dieta alimenticia a las características de quien la practique, hablemos de la crononutrición.   
Explica Capel, colegiada en el Colegio de Dietistas-Nutricionistas de Madrid (CODINMA): “Para el ser humano, igual que para los animales, el sol tiene un sentido. Cuando amanece, se activan unas hormonas: sube el cortisol, baja la melatonina… El cuerpo se predispone a adquirir nutrientes, tu cuerpo está ávido de nutrientes. Y cuando el sol se va, el cuerpo entra en modo recuperación: no necesita nutrientes, sino procesar los que has ido tomando”.
Resumen: comer durante el tiempo de luz; ayunar durante el tiempo de oscuridad, que es cuando entramos en “proceso de regeneración celular o de limpieza”, apunta Capel. 
Esto es la crononutrición, que la experta considera interesante desde el prisma biológico. Por ello, defiende que las cenas se hagan pronto y sean ligeras, lo que no sólo beneficia a las digestiones, al procesamiento de la alimentación, sino también al descanso nocturno, a la higiene del sueño. 

::: El ayuno como camino hacia más y mejor salud

Destaca la nutricionista que el “para qué” es clave cuando se trata de establecer tiempos de ayuno. ¿12 horas? Toca hacerse la pregunta.
Capel incide en que si el objetivo es perder grasa, hay que aplicar el “déficit calórico”, y repartirlo en cinco, siete o las comidas diarias que se marquen, pero no ceñirse exclusivamente al ayuno. 
No significa esto que el ayuno sea negativo, ya que está relacionada la cantidad de ingesta con el envejecimiento saludable. “Sabemos que comer en exceso envejece, y los patrones de alimentación apuntan ahora a que cuanto menos comamos, mejor”, puntualiza la nutricionista antes de remarcar la idea fundamental: el propósito del ayuno ha de ser la búsqueda de “mecanismos saludables”, no sólo “perder peso”.
Así que con el ayuno, como con el número de comidas diarias, la experta sostiene que “hay mucha desinformación”. Un ejemplo: el ayuno intermitente. 
Capel hace hincapié en la forma en la que se propone, se plantea o “se vende”, que a su juicio es como si fuera “un imperativo categórico”. “Y la nutrición no es blanco o negro, es una gama de colores”, reseña antes de subrayar que “el ayuno hay que considerarlo una estrategia para casos concretos”.
Así, no es apto el ayuno intermitente para personas con una “relación disfuncional” con la alimentación o “con un mal control de la alimentación debido a un patrón emocional”. En otros casos, puede tenerse en cuenta. 

::: «Comer poco, pero suficiente»… En defensa del nutricionista

Volvemos al “sesgo personal” y a la conveniencia de hacer tres comidas al día. ¿O mejor cinco? Capel afirma: “Hacer cinco comidas al día se popularizó en su momento porque se dijo que podía ser de utilidad, pero en ciertos contextos. Se pensó que comer más veces en un día, comidas más seguidas, ayudaba a controlar el hambre o a que no subiera tanto la glucosa, y que ayudaba a embarazadas durante los primeros meses o a un maratoniano que tiene que ingerir 6.000 calorías”.
Depende de la persona, sin embargo. Sobre la base de que hay que llegar a “un mínimo de nutrientes” al día, resulta crucial comprender que “el contexto alimenticio” no se compone siempre de los mismos ingredientes.
“Lo que yo hago es ceñirme al contexto de la persona. Si alguien me dice que no suele desayunar, no le voy a obligar a desayunar. No tengo dos casos iguales”, resume Capel, quien reivindica su profesión como “una guía, una orientación”.
Así que decidir tiempos de ayuno 'motu proprio’ adolece de una carencia considerable: “que ningún profesional ha revisado tu patrón alimenticio”, asegura. Es fundamental saber si la ansiedad conduce la ingesta, si influyen los momentos del día, el ritmo de trabajo, etcétera.
Todo ello no debería soslayar una premisa: “come poco, pero que sea suficiente”. Capel cita al biólogo Carlos López Otín, “el referente”, como lo denomina. “Ha sentado las bases del envejecimiento saludable y los patrones en los que tu cuerpo te protege… ¿Cuánto es poco? Aquí es donde entra el nutricionista”.