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Nos encontramos en la recta final del 2013 y la población aprovecha el último mes del año para vacacionar, descansar o incluso hacer arreglos en sus casas y sacar del armario todas las cosas que llevan años almacenadas en cajas y sin usarse.

Algo muy parecido sucede en los botiquines que existen en millones de hogares, los cuales nos ayudan a resguardar medicamentos o materiales de curación para usarse en el momento que lo requiramos.

Sin embargo, a nivel mundial aún no existe del todo una cultura del cuidado de la salud que impulse a la sociedad a revisar periódicamente sus botiquines para extraer aquellas medicinas que ya caducaron, y no lo hacen porque piensan que más adelante serán de utilidad para atender un problema de salud parecido al de la persona que recibió la receta médica.

Guardar fármacos que ya expiraron no es recomendable, es común que por equivocación algún miembro de la familia se tome el medicamento caduco y sufra reacciones adversas a las que esperaría tener, por ello antes de ingerirlo es importante revisar las fechas de caducidad que vienen marcadas en cajas, empaques y envases.

También existe otra parte de la sociedad que identifica y saca de sus botiquines los medicamentos caducos, pero ante la falta de información de dónde o cómo desecharlos correctamente, su primera opción es lanzarlos por el excusado o coladeras, sin saber que los residuos o sustancias de los medicamentos suelen afectar los mantos freáticos y por ende el medio ambiente, por mencionar un ejemplo.

Hay también quienes deciden mezclarlos con la basura orgánica o inorgánica, cuando esto pasa, las cajas o envases que se encuentran físicamente en buenas condiciones, llegan a grandes tiraderos, dejando abierta la posibilidad de que sean reutilizados de forma clandestina, poniendo en riesgo la salud de la población.

Ante esta problemática, en el 2010 surge el Sistema Nacional de Gestión de Residuos de Envases y Medicamentos A.C. (SINGREM), asociación civil sin fines de lucro, que impulsa y opera el primer programa de recolección y disposición final de medicamentos caducos.

A través de la colocación de contendedores especiales ubicados en cadenas de farmacias, centros de salud y tiendas de autoservicio, la población en general puede hacer uso de ellos para desechar de forma responsable los sobrantes de tratamientos médicos que tengan en casa.

El servicio que ofrece el SINGREM es gratuito para la sociedad y cuenta con los más altos mecanismos de seguridad para que los depósitos sean revisados por personal autorizado de la asociación, se clasifiquen los productos y se destruyan en centros certificados por autoridades ambientales.

Cabe resaltar que el SINGREM cuenta con el apoyo de la Cámara Nacional de la Industria Farmacéutica (CANIFARMA), la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), la Comisión Federal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS), y gobiernos de los 20 estados de la República Mexicana donde hoy tiene presencia.

Desde el 2010 a la fecha, el SINGREM ha instalado más de 3 mil contenedores localizados en 186 ciudades, con los cuales se han recolectados 345 toneladas de medicamentos caducos y sus envases, mismas que pudieran aumentar a 370 toneladas en lo que resta del 2013 y beneficiar a más de 51 millones de personas, teniendo como meta la cobertura nacional.

Por último, recuerda colocar tu botiquín en un espacio seco y fresco