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Evitar la automedicación y atenderse oportunamente es esencial para evitar que la influenza AH1N1 amenace la vida de un paciente.

Los primeros indicios de que una persona puede tener influenza AH1N1 son dolor de cabeza, en las articulaciones, cuerpo cortado, fiebre superior a 38 grados, tos seca, flemas, vómito, diarrea y cambio de color en boca y uñas, de rosa a morado a causa de hipoxemia (falta de oxígeno en la sangre).

“Algunos acelerados van a la farmacia piden el medicamento más potente y enmascaraban el problema pero sólo atarantaban a las bacterias y en 4 ó 5 días, que es el proceso de evolución, si no te tratas, las personas empiezan a tener disnea (falta de aire al respirar) y si les mides la oximetría (oxígeno de la sangre), en lugar de estar 95% que es lo normal, la tienen a 75% u 85% eso no está bien”.

La diferencia entre un resfriado común e influenza AH1N1 es la intensidad de los síntomas, pues en la segunda el afectado percibe mayor dolor, cansancio y fiebre.

En estos casos los médicos realizan radiografías al enfermo para ver sus pulmones y si observan áreas demasiado oscuras, significa que tiene flemas acumuladas y necesita atención urgente.

La deshidratación es otro de los síntomas de una persona infectada por AH1N1, y también que sus pulmones hagan ruidos al respirar; de ser así, la atención debe ser inmediata y el procedimiento es la intubación (el médico introduce un tubo dentro de la boca del paciente hasta la tráquea para mantener 100% ventilado su organismo mediante un respirador también llamado ventilador), de lo contrario la muerte es casi segura.

LAS PRECAUCIONES

La enseñanza de la pandemia que se vivió en 2009 dejó una cultura nueva en el lavado correcto de las manos, por ambos lados, entre los dedos y las uñas, no escupir, el estornudo de etiqueta (sobre el brazo en lugar de la mano), usar pañuelo desechable, no intercambiar utensilios de cocina, no saludarse de mano si se está enfermo, no ir a lugares concurridos.

Una de las recomendaciones más importantes que realiza el sector salud es evitar la automedicación y a los primeros síntomas, acudir al médico es primordial.

“Los médicos con toda la educación y conocimiento en salud que tienen da capacidad de sospechar que es influenza; si se piensa que los síntomas corresponden, hay que tratarlos de inmediato, sobre todo los jóvenes, pero si no saben o no creen qué pueda pasar, empiezan a extenderse los casos”.

Los lugares que requieren más atención son las escuelas, donde el virus se expande con mayor velocidad, por eso fue que durante la pandemia de 2009, cuando no había vacunas, la Secretaría de Salud aplicó la “distanciación social”.

También los ciudadanos sanos deben protegerse con cubrebocas si van a lugares concurridos pues podrían estornudarles encima, evitar lugares cerrados a donde asistan multitudes y en caso de estar enfermos es mejor permanecer en casa, indicó el doctor.

En la actualidad no es necesario un distanciamiento social pues se conoce el virus y existen los medicamentos, sin embargo entre más casos hay, más riego de muerte existe.