El Punto Critico

Singladura 
¿Qué puede hacer México ante la barbarie arancelaria de Trump? Mucho. Lo
primero es mentarle la madre, luego recordarle con palabras altisonantes sus orígenes fascistas, vulgares y hasta corruptos y por último su avidez por un poder intolerante, grosero y peligrosamente excesivo.
¿Valdría la pena hacerlo? No. Será mejor quedarse con las ganas y contar hasta cien. Paciencia y barajar, decían los antiguos. Es lo mejor antes de obligarlo a negociar. Será obligado a sentarse a través de sus altos funcionarios a discutir la infame escala arancelaria del 5 al 25 por ciento que pretende imponer a todos los bienes exportables mexicanos hacia Estados Unidos, entre este mes y octubre.
¿Qué está en juego? La estabilidad comercial entre México y Estados Unidos, que junto con Canadá lanzaron hace 25 años una alianza valuada a la fecha en 600 mil millones de dólares. Se dice fácil, pero es un enorme monto económico. En cinco años más, esa alianza podría escalar hasta un trillón de dólares de aprobarse el nuevo T-MEC en los tres congresos de los países involucrados. ¿Alguien se imagina esa cifra? Es demasiado lo que está en juego y nadie, ni siquiera Trump y/o Estados Unidos, pueden darse el lujo de perderlo o echarlo a un volado. Sería una absoluta estupidez. Y si bien es cierto que Trump sabe bastante de esa opción porque la recorre con suma facilidad y frecuencia, también lo es que en el límite de la nueva andanza tendrá que calibrar. Después de todo, de la amenaza a los hechos hay un trecho clave que se llama estupidez y que dudo mucho, Trump esté dispuesto a recorrer.
Recientemente conversé con el representante del Partido Republicano en México, Larry Rubin, un hombre de negocios estadunidense y mexicano, bien conocido en los predios gubernamentales de los dos países.
Rubin me dijo entonces que había “confianza total” en que la nueva alianza comercial entre los tres países norteamericanos fuera una realidad en 2020. La
premisa básica de su optimismo, apuntó, “es que a los tres países les conviene su puesta en marcha”. Rubin añadió que habría mucho que perder en caso de un revés a la alianza comercial, que descartó en los ámbitos legislativos.
Concuerdo con Rubin.
La respuesta del presidente López Obrador a la grotesca y barbárica amenaza de Trump me parece sensata y correcta, esencialmente. Es mejor en este caso no engancharse en la trampa. Es obvio que a trancazos, así fueran verbales, nunca se le ganaría a Trump. Los dardos verbales darían parque suficiente al bisonte de la Casa Blanca para justificar su soberbia, altanería y aún “punch”. Es y fue mejor responderle con diplomacia, sensatez, equilibrio y hasta una buena dosis de humor. Después de todo, dicen que se cazan más moscas con una gota de miel que con un barril de vinagre. En la circunstancia actual, es lo mejor o, al menos, lo que está disponible. El arsenal mexicano tiene que ser y es diferente al estadunidense. ¿O no?
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@RobertoCienfue1