La semana pasada México vivió una etapa donde se mostraron sus gobernantes encuerados y en toda la extensión de sus vergüenzas, se planteó aprobar

que sea el ejercito específicamente las fuerzas armadas quienes asumieran el control de la seguridad interior, el tema lo trasladaron a discutir si continuaba el ejército en las calles o se regresaba a los cuarteles, cuando es evidente que no hay una guardia ni un cuerpo de seguridad que pueda garantizar la tranquilidad de los ciudadanos, cuando el proyecto del sexenio actual fracasó. Ante tal evidencia, los partidos políticos representados en el poder legislativo federal compuesto por la cámara de diputados y la de senadores se vio inmerso en una vorágine de contradicciones, señalamientos, acusaciones, difamaciones, calumnias lo menos, para ver que quedaba de lo expuesto o destruido. 

Las diversas fuerzas políticas que ayer era defensores del ejército en las calles y los recalcitrantes que usaron el ¡que regresen los soldados a sus cuarteles! Cambiaron banderas y discursos, qué frágil es la clase política mexicana, ¡pues claro! eso justifica que nos pase lo que nos pasa.  

El fondo del problema es no permitir que se viole la Constitución, cumplir con ella y no mezclar dos tareas distintas, seguridad frente a otros países y seguridad al interior de México y menos cuando existe el antecedente del gobierno actual, de querer desaparecer al ejército y a las fuerzas armadas, y una manera sutil y perversa de hacerlo es responsabilizarle de la inseguridad después de tener andado más de dos tercios del gobierno, para cómodamente al final del sexenio culparle de los resultados. 

Pero en la perversidad y desesperación del gobierno, hasta la iniciativa de una diputada que independientemente del partido al que pertenezca, se hizo eco del reclamo de la sociedad ante el mundo de muertos por violencia, ha sido utilizada para atacar al PRI y desbaratar la alianza de la oposición, que tenía sin dormir, a muchos operadores de MORENA. 

En ese escenario, todo lo que sirva para desarticular la cualquier eventual unidad de mexicanos y particularmente aquella que desfavorezca a MORENA, ahora está muy claro que los ataques al presidente del PRI están en esa estrategia. 

Con claridad debe decirse, si se somete a votación un tema y los votos no favorecen, pues eso significa que la mayoría no está de acuerdo, un demócrata entiende y acepta que lo que propone no es aceptado y ya. 

Ah, pero maniobrar, amenazar, comprar votos, atacar a sus “adversarios” presionarlos para que hagan lo que ordena un individuo, no es democracia, podemos ponerle cualquier nombre, menos el de democracia. Pero además pensar en someterlo a una encuesta patito, violentando el articulo 35 Constitucional “donde se establece que el INE sea la institución encargada de organizar las consultas ciudadanas, pero la seguridad – que es la materia que nos ocupa – y el tema de las fuerzas armadas junto con otros temas no están sujetas a consulta, luego resulta ridículo y obsceno pretender hacer una consulta como la de Pilatos para condenar a Cristo.  

Eduardo Sadot Morales

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