aproducto

Cuando se formó y conformo el Partido de la Revolución Democrática muchos visualizaron esa izquierda profesional y propositiva que tanta falta le hacía al país.

Me cae que yo también lo entendí así y pensé para mis adentros, muy adentro por cierto, que era la oportunidad que México necesitaba para enamorar a quienes siguen observando a las izquierdas como uno de los grandes problemas que tiene este país, porque a todo se oponen, todo lo controvierten y nada de lo que hemos hecho sirve para maldita la cosa. Y no es que tenga yo algo en contra de los perredianos, pero esa chingada maña que tienen de que solamente lo que ellos dice es verdad y tiene que ser verdad para todos los mexicanos, ya me tiene hasta la mádere.

En esas andaba yo cuando de pronto Los Chuchos decidieron hacerse a un lado y dejar que las fuerzas vivas y las muertas escogieran a quien debiera hacerse cargo del partido que formaron cuando les dejaron formarlo, porque se había puesto la cosa difícil para elegir al mejor. Pero la estratagema fue nada más de nombre, porque siguieron metiendo a los amigos de conveniencia en los órganos directivos que todo lo dicen y todo lo deciden. Para decirlo de otra forma, el grupo dominante de Los Chuchos salieron con su batea de babas y están manipulando la elección de la nueva dirigencia del Partido de la Revolución Democrática, y quieren imponer a un sujeto que se ha comprometido a respetarles las cuotas de poder y a jalar para donde ellos quieran.

Muchos pensaron que las cosas habían llegado a su fin y que después de robar hasta lo que no pudieron llevarse por fin se quitarían esa monserga de encima y las cosas cambiarían con mayores libertades par elegir a quien debiera cabezas la dirigencia. Pero las cosas muchas ves no cuadran como uno las quiere cuadrar o simplemente es que ya se han cuadrado a conveniencia de quienes tiene la mayor parte de la representación. Para dejar de andar con rodeos, Los Chuchos decidieron comprar a un nuevo miembro y le prometieron que sería el nuevo mesías del perredismo, y se las creyó. El problema que tienen las minorías es que mientras más minoritarios son más creen en Santa Claus y le piden que les traiga de todo, hasta un puesto de elección popular.

Todos cayeron en el garlito de la democracia y decidieron sumarse a quienes manifestaron sus aspiraciones de encabezar el proyecto del partido. Pero Los Chuchos tenían preparada una desagradable sorpresa porque hicieron pacto con Carlos Salinas de Gortari para seguir mantenido el control del partido. Agustín Basave fue uno de los presuntos ideólogos del salinas de Gortari que busco encubrir al neoliberalismo disfrazándolo de Liberalismo Social. Tan no le salió el numerito que desde entonces vivió en el ostracismo, lugar a donde fueron Los Chuchos a rescatarlo para que viniera a gobernar al partido y seguir manipulándolo a conveniencia. Por eso Armando Ríos Piter les pinto sus cremas. He dicho. Vale. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.