Con dos aeropuertos en funcionamiento en la Ciudad de México (CDMX), por supuesto que las rutas para entrar y salir tendrán ajustes,

reordenamiento del tránsito aéreo para garantizar seguridad.

Rutas, altura y tiempos variarán, porque no es lo mismo operar solo con el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) que incluir también, a partir de marzo, el nuevo aeropuerto internacional “Felipe Ángeles”, uno al oriente y otro en el norte.
En la etapa de pruebas para el nuevo recorrido, para llegar y salir de la CDMX, hay habitantes que se han quejado del ruido, ahora escuchan el paso de las aeronaves. Producto del cambio de rutas y reacomodo de caminos, dentro del mismo espacio aéreo.
No hay que perder de vista que la zona metropolitana no es planicie, tiene sus montañas y cerros. Obligará a controladores del tráfico aéreo y pilotos a tomar sus previsiones, entrenamiento en simuladores y capacitación.
El punto crítico está resuelto, existe extraordinaria especialización de controladores mexicanos de tráfico aéreo. Su capacidad les permitió obtener la certificación ISO90001.
Por lo delicada que es su tarea, por ejemplo, un controlador de horario diurno, en su jornada de ocho horas, tiene en ese lapso, tres descansos: uno de una hora y dos de 40 minutos.
Los pilotos de las distintas líneas áreas están entrenados para aterrizar y despegar en cualquier aeropuerto, con la ayuda de los controladores.
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