Como dirían en el beisbol, Dante Delgado ha jugado de acuerdo al librito, aunque en este caso sería el librito del

propio dirigente nacional del partido Movimiento Ciudadano (MC).

No ha estado exento de la crítica, le ha llovido todo tipo de reclamos y seguramente a ninguna novia le han rogado tanto como a Dante. Por meses y meses le suplicaron que se sumara a la alianza opositora, con el argumento de que sería la única forma de garantizar el triunfo. Nunca cedió. Ni siquiera consideró la posibilidad de estudiar la petición. Tampoco le ha importado que lo acusen de servir a los intereses de Palacio Nacional y del partido en el poder.

Dante en lo suyo y de acuerdo a lo que siempre ha dicho, que su partido tendría su propio candidato presidencial.

Cumplió.

Salvo que en el último minuto se arrepienta Samuel o se vea obligado a desistir porque no le guste su reemplazo en el gobierno de Nuevo León y regrese a ocupar la silla de gobernador, Dante Delgado tendrá motivos sobrados para celebrar las fiestas de fin de año.

Lo único que le faltaría sería dar el campanazo en 2024, ganar la elección presidencial.

Sería el milagro del siglo, giro de 180 grados en las preferencias electorales o que Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez se retiren de la competencia, para que pueda triunfar Samuel García.

No es tan simple y mucho menos fácil, el librito de Dante tiene sus límites, la realidad es más poderosa que cualquier deseo.

Arturo Zárate Vite

@zarateaz1

arturozarate.com

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