Para David Faitelson y José Ramón Fernández; Hace años que la expresión “perro no come perro”, al menos en el

gremio periodístico, se fue al bote de basura. Era una expresión que contenía o autocontenía a quienes pretendían despotricar contra un compañero.

Incluso en medios era regla no escrita que se cumplía al pie de la letra, no se difundía nada para desacreditar a otro comunicador con información que en la mayoría de los casos no era corroborada.

Respondía a gratuita animadversión o a una venganza por una supuesta o real diferencia.

En la actualidad es distinto, hoy “perro come perro”.

¿Por qué se rompió el compromiso no escrito?

Por intereses ajenos y perversos a los comunicadores.

Consiguieron dividir y fraccionar a los periodistas.

¿Quiénes hicieron ese trabajo sucio?

Intereses económicos, políticos y hasta criminales.

Por salud y supervivencia del gremio vale la pena analizar y reflexionar el tema, encontrar puntos solidarios y neutrales.

Quizás sería conveniente para recomenzar el rescate del compañerismo, la fraternidad, actuar como uno solo en defensa del informador que es agredido en el ejercicio de su profesión.

En la actualidad, cada quien tiene que defenderse como pueda, si es que los agresores lo dejaron vivo.

La etiqueta de “cuarto poder” también está en bote de basura, por la falta de unidad en el gremio periodístico.

La idea no es que todos estén alineados.

Dentro de la diversidad debe de ser posible hacer prevalecer el respeto y revivir la frase: “perro no come perro”.

Arturo Zárate Vite

Twitter y TikTok: @zarateaz1