Comentaba ayer acerca de la ciencia y la moral: la bioética. Me refiri entre otras cosas al abandono

 gubernamental a la experiencia y aportación de la UNAM y me quedé corto. Aprecié y leí con atención y mucho detalle los conceptos expuestos públicamente por el Profesor Emérito de la Máxima Casa de Estudios el Doctor en Derecho Raúl Carranza y Rivas, y ahí es en donde se entiende porque los más sabios deben estar ahí, justo, asesorando y enseñando. Que cortos se han quedado los redactores de la mala llamada Guía de Bioética. Bastaron una cuántas líneas del universitario para colocar las cosas en su dimensión y sitio. Reproduzco “Ninguna emergencia sanitaria puede ir contra el Derecho. Este tiene fórmulas jurídicas para enfrentarse al problema, no la medicina ni tampoco el médico” y señala más adelante” NINGUNA Guía Bioética de Asignación de Recursos de Medicina Critica pide estar por encima del Derecho y de la Ley, que en Código Penal tipifica el delito de homicidio. Es un principio universal de Derecho Homicidio es privar de la vida a otro” y por si no quedó claro el condecorado universitario remata y que quede preciso “ si el médico decide entre un joven y un viejo con coronavirus a quién de los dos salvar con un respirador, su decisión conlleva un homicidio. salvo casos extremos de incertidumbre, dilemàticos, que la doctrina comprende, el médico no PUEdE ni DEBE ser juez. Su misión es sanar” .Hasta aquí tres citas que hacen notar la gran diferencia entre quién ha estudiado toda su vida y ha sido reconocido internacionalmente y aquellos aprendices que ni políticos, ni médicos, ni curas, sólo ocurrentes improvisados que ponen en riesgo la estabilidad nacional. Zas y recontrazas!