Ante las evidencias no debe haber arrebatos menos manipulación. Xóchitl Gálvez y su equipo han aprovechado

estos días para fortalecer su imagen en el disputado mercado internacional en tanto arrancan formalmente las campañas en México.

 Se ha visto atrevida y decidida y su equipo eficaz y rápido. Ella se mueve en los organismos internacionales más importantes, las agrupaciones civiles de relevancia y se entrevista con protagonistas del círculo político y económico.

Y aquí la diferencia. Los morenistas, algunos, están imposibilitados de vasijas al extranjero, principalmente a Estados Unidos bajo sospechas de ilícitos y vínculos con el crimen organizado.

Se sabe hay expedientes y averiguaciones. Incluso Sheinbaum no puede cruzar frontera en España por los innecesarios pleitos diplomáticos que amlo ha fomentado. Xóchitl incluso se entrevistó con el secretario general de la OEA, Luis Almagro, organismo al que amlo ha tratado de desaparecer sintiéndose el líder latinoamericano que no lo es.

Incluso Xóchitl le corrió la invitación a Almagro para que la OEA enviara una misión de observadores el día de la elección. Aunque algunos aún aseguren que Ebrard jugó buenas cartas como secretario de relaciones internacionales, aquí se demuestra lo contrario.

Su ejercicio fue favorecer al tabasqueño y no al país. Xóchitl ha sido determinante en defender al Estado de Derecho y las garantías legales de los mexicanos, esto involucra, desde luego, a los derechos humanos.

Xóchitl obtuvo una sensata calificación aprobatoria durante su presencia en Estados Unidos y el territorio, difícil, europeo la evalúa. Ni así con los ausentes morenistas no solo en este proceso electoral sino por su menosprecio a acudir a los eventos más significativos de los países líderes del planeta.

Sin duda alguna el hastag #narcooresidente ha impactado de manera histórica, también las versiones informativas sobre el comportamiento inusual de los hijos del mandatario.

Debemos recordar que la consejera presidenta del INE, Guadalupe Tadeo ya había solicitado la intervención de la OEA como vigilante, como observadora, en los movimientos electorales de junio próximo. En julio escribió:

“La OEA tendría el honor de desplegar una MOE (Misión de Acompañamiento Electoral) en México. El despliegue de dicha Misión estará sujeto a la recepción de los recursos necesarios para llevarlo a cabo”.

Por su parte Xóchitl reforzó: “Hemos solicitado que la OEA participe en las elecciones antes, durante y después”. Es muy probable que cerca de 30 organismos autónomos internacionales observen las votaciones en México involucrando a países como Nicaragua, Cuba, Venezuela, Rusia, Corea del Norte, Irán, Somalia, muy afines a las políticas de amlo.

Adicionamos también al trabajo periodístico de cientos de medios de comunicación que estarán dispuestos a informarán al paralelo de los datos oficiales. Y todo esto marca también enormes diferencias porque la enorme comunidad de migrantes mexicanos, aunque no viven aquí, se duelen de la lastimosa imagen, degradante, que presenta al país por dos razones fundamentales: la corrupción y la violencia. Una que permite el abuso de poder, el malsano manejo de los recursos y la otra que suma más de 178 mil asesinados más 600 mil fallecidos durante la pandemia.

El desgano con el auxilio a los acapulqueños durante el paso de OTIS, los crímenes de familiares de Monreal en Zacatecas, la violencia de Taxco y Chilpancingo, los video documentales de amlo con familiares de sicarios, la quiebras en Pemex, la tragedia en la Línea 12 del Metro, la Casa Gris, el Tren Maya, el espacio aéreo, Dos Bocas, todo esto y más son elementos no ocultos que participan de la calificación y continuidad de la mal llamada Transformación.