No siempre de listos es correr ni de fuertes la pelea, así de sencillo. Está etapa de gobierno no ha visto la frontera del sexenio.

No estamos contando un primer año de Sheinbaum sino la continuación a siete años de un proyecto que ya se agotó y que se está desmoronando. El poder no se ha usado para servir y ya se acabaron su narrativa, no hay a quien echarle la culpa de nuestra crisis.

No han dado resultado en ninguna materia y carecen de calidad moral para hablar de “honestidad valiente” y ofrecer esperanza. Lo he escrito y lo sostengo, la cuarta transformación será y es el periodo más corrupto, con la peor administración de los recursos nacionales y con la familia presidencial (toda) más acusada y perseguida. Pero me faltó, me quedé corto, siete años de ser calificados como narcogobierno e incluso “terroristas”, aliado de tiranos y protector de dictadores. Se han dado severos golpes a la democracia, a la justicia, a la transparencia y a la rendición de cuentas.

La presidenta (con a) se mantiene defendiendo lo indefendible y vuelve a subirse a la tribuna inquisidora para fusilar verbalmente a Loret de Mola o a Alejandro Moreno (Alito) mientras le estallan los escándalos de sus cercanos, de sus cómplices políticos y de aquellos con quienes gobierna. Trata de desnudar a sus opositores cuando van cayendo uno a uno los capos más poderosos que crecieron bajo la sombra de “abrazos no balazos”. Deja de ser Jefa de Estado para convertirse en mala replica de ministerio público.

Señala la presidenta (con a) a periodistas que publican sus ilícitos, en tanto venia en vuelo el capo de capos de Tabasco, el de mayor confianza de Adán Augusto López. Por ello ahora son perseguidos en la calle como “el fisgón” que fue interpelado saliendo del Palacio de Minería y que huyó como cobarde, en silencio y con la cabeza gacha.

El pueblo bueno y sabio ya se cansó de tanto y tanto abuso y mentiras. Despilfarros y negociazos de Andy que sarcásticamente se siente exhausto de trabajar. Su propaganda ya murió frente al hartazgo de la sociedad. La fama pública que hoy los asfixia se la han ganado ellos mismos, protegidos por esa impunidad pandilleril aprendida en las manifestaciones callejeras. Ya no hay argumentos sólidos ni siquiera para demostrar que AMLO es “íntegro”.

La CDMX está peor que nunca y el Metro y sistemas de transporte público en su más reluciente anarquía. Cuauhtémoc Cárdenas les abrió el camino desde 1997. Ya no hay forma de culpar al pasado. Sus excesos, su incapacidad es manifiesta.

La descalificación no es interna. Gobiernos en el mundo se alejan, están en “pausa “, determinan personas non gratas a nuestros gobernantes, se abren expedientes criminales contra una ya enorme lista de funcionarios. Simplemente no llegó la modernidad, ni la estabilidad, mucho menos la paz, la salud y la educación. Afuera, pasando los límites de nuestro territorio se ve un acelerado desarrollo en la tecnología, en la ciencia. Avanzan de la mano con la inteligencia artificial algo que ya nos queda muy lejano por convertir a las aulas en puntos de adoctrinamiento político, lo mismo en los libros de texto. Ninguno de los nuestro aprenderá matemáticas o hablar en otro idioma por recibir 6 mil pesos de dádiva bimestral.

Se están hundiendo. No estamos como Dinamarca, observamos las irregularidades dentro de nuestras Fuerzas Armadas, por supuesto es sus mandos, porque abajo la tropa ya se mueve inquieta, incomoda. Todo ahora se reduce a palabrería tan insostenible como su programa de bacheo urbano. A los pobres no se les dan oportunidades de superación, se les critica por “aspiracionistas” y se les explota con derechos de piso. Por todo esto crece la resistencia civil y aunque lo nieguen, la oposición. Persiguen por ello a personajes como Alejandro Moreno a  quien quieren desaforar teniendo enfrente a sujetos como Dolores Padierna, Fernández Noroña, Andrea Chávez y al propio Adán Agusto, irónicamente en la misma tribuna.

Menosprecian los postulados de Ricardo Salinas Pliego presionándolo con castigos fiscales, cuando los hijos de AMLO, sin estar en nómina oficial, sin registros fiscales y sin trabajo, ostentan lujos, mansiones, negocios y bondades que no corresponden a sus máscaras altruistas.

Lilly Téllez arrepentida de su incondicionalidad a AMLO sufrió también las traiciones y humillaciones desde el poder. Mujeres buscadoras en abandono pero patrocinando a un ridículo embajador en Italia, inexperto y que se presenta a la ceremonia cívica de mayor valor nacional de “charra”. Ya no estiran las mañaneras, ya no. La confrontación los está desestimando. La ausencia de leyes para castigar a los saqueadores y estafadores los está hundiendo. La farsa del feminismo a ultranza no cabe en las damas que lo son por su categoría y clase.  Se acabó la esperanza y cómo dicen los chavos: esa es la neta. Y cuidado, un pueblo con hambre, acumulando rencor y engañado es peligrosisimo.