Hemos denunciado con insistencia la mala, malísima administración de los aeropuertos bajo la responsabilidad de Marina.

Incidentes graves en el tráfico aéreo, tardanza en la atención de los turistas (incluso en la entrega tardía y desordenada de maletas) y la torpe prohibición de videograbar o tomar fotografías dentro de las instalaciones portuarias.

Documentamos cómo es que la torre de control del AICM frenó sus operaciones por el Impacto de un rayo -según informó Sheinbaum- (“Cayó un rayo en la torre de control, entonces por unos minutos se tuvo que reiniciar los sistemas y por seguridad lo que se hace en estos casos es parar las operaciones", señaló sobre los hechos del sábado 27 de septiembre). Pero más grave aún, a las 11:05 de la mañana del domingo 19 de octubre, la Torre de Control del Aeropuerto de Tulum, autorizó para despegar de la pista 30 a un Cessna 560 matrícula XA-AEA mientras el vuelo 7240 de la compañía Viva Aerobus se encontraba próximo para aterrizar en la pista 12, es decir, en sentido opuesto.

El piloto del Cessna 560 inmediatamente después del despegue tuvo que virar la aeronave por la izquierda y los tripulantes del Airbus 321 de Viva Aerobús descontinuaron el aterrizaje y tuvieron que volver a ascender para evitar poner en riesgo la seguridad de los pasajeros. Finalmente y después de realizar un segundo intento, el vuelo 7240 de Viva Aerobús aterrizó a las 11:15 de la mañana en la pista 12 del Aeropuerto de Tulum. Pero más todavía, hay denuncias por contrataciones dudosas en el SENEAM atribuyendo a conflicto de intereses y favores ocultos.

El escenario es aún más alarmante cuando se considera la falta de claridad sobre qué tipo de favores o compromisos estaría favoreciendo Javier Vega Dour con estas contrataciones.

¿Qué están ayudando a ocultar o encubrir estas personas? ¿Existe alguna razón detrás de la contratación de estos individuos en posiciones clave, sabiendo que su labor debe ser precisamente la de ejercer control y vigilancia sobre el mismo entorno que ahora se les confía? Órgano Interno de Control del SENEAM y fue contratado por Vega Dour, con un salario superior a los 100 mil pesos mensuales, un nivel 90 de sueldo. Este movimiento ha levantado serias sospechas, ya que Ramírez Rodríguez, en su rol anterior, era responsable de fiscalizar y auditar las operaciones del mismo Director General.

La pregunta es: ¿qué clase de relación y favores existen entre estos dos personajes para que se haya dado una contratación tan cuestionable?. La suma de corrupción, negligencia e ineptitud ha levado no solo al descrédito de Marina sino a una crisis tolerada desde Palacio dentro de la aviación civil y por supuesto el control del tránsito aéreo.