El gobierno federal no encuentra la forma de sacudirse la calificación mundial que hay sobre este: narcoestado.

Sin embargo cada día se suceden atentados, ataques, asesinatos, secuestros, bloqueos, incendios provocados, desapariciones, cementerios clandestinos, campos de concentración y complicidad de funcionarios de alto nivel con el crimen organizado. El crimen contra el Lic Cohen y contra el alcalde Carlos Manzon da todavía más elementos para que el presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, Donald Trump, gire la orden a sus grupos de inteligencia y militares para actuar en territorio mexicano. Por más que las autoridades y MORENA intenten defender, justificar y esconder a quienes ya tienen carpetas judiciales las presiones se incrementan. La suma de actos negativos como la cancelación de operaciones en el Aeropuerto Felipe Ángeles, (AIFA), el asesinato de dos colaboradores de la jefa de gobierno de la CDMX, Clara Brugada, los ataques, saqueos y daño patrimonial a la Universidad Nacional Autónoma de México, UNAM, el rompimiento de relaciones con Perú y la crisis provocada por Andréz Manuel López Obrador, AMLO, con Ecuador, eso y más están colocando en la mesa de consideraciones la posible cancelación no solamente de la ceremonia inaugural del Mundial de Fútbol sino la determinación de arrebatarle a México la sede. El debate ya existe. Hay quienes piensan que lo que pase en México les viene valiendo dos cacahuates porque ellos van por el negocio, el dinero, las entradas, los patrocinios y los derechos de transmisión. Pero para otros los riesgos que representa la violencia, la carencia de infraestructura y transporte adecuados, la pésima operación del AIFA y el grave problema de los controladores aéreos y administración del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, AICM, el dominio de carteles de narcotráfico, la cínica corrupción en las oficinas públicas y el escándalo de los presuntos vínculos del expresidente, su familia y cercanos en abiertas irregularidades, son las motivos para no arriesgar el desarrollo del Mundial en nuestro país. Las presiones de los otras dos sedes, Estados Unidos y Canadá se intensifican por las erráticas políticas, malísima diplomacia y eventuales controversias que han llegado a declaraciones inusuales y muy temerarias como “no somos la piñata de nadie” o la narrativa de la “soberanía” bajo esquemas de “mexicanos al grito de guerra”. Lejos de sostener una imagen de estabilidad, México se empeña, su gobierno, en aliarse con tiranos y dictadores o participar en tareas injerencistas. Ya en estadios mexicanos se han visto enfrentamientos en la graderías asociadas con células de la delincuencia (El “motín del Estadio Corregidora tuvo  lugar el 5 de marzo de 2022, durante un partido de la Liga MX entre el Queretaro y el Atlas.  La noche del viernes 15 de agosto, el partido entre Puebla y Atlético de San Luis se retrasó debido a una balacera afuera del estadio Cuauhtémoc.Apenas hace unos días en un fin de semana dos aficionados murieron , uno seguidor de las Chivas luego de acudir a la tradicional serenata previa al partido y el otro aficionado del Cruz Azul fallecido en el estacionamiento del estadio olímpico universitario). De acuerdo a analistas en México cada 4.7 semanas ocurre un hecho violento relacionado al fútbol mexicano. Incluso hay la amenazas de qué la Corfinador Nacional de Trabajadores de la Educación, CNTE intervenga en las inmediaciones del estadio Azteca para evitar el desarrollo de la inauguración mundialista. Una ciudad con baches es lo de menos, una ciudad capital y una nación salpicada por el terror impuesto por los criminales si es de considerar. Y nuestras, lamentablemente, hay muchas.

CARLOS RAMOS PADILLA

*Conductor del programa VaEnSerio izzi 135 y radio mexiquense. Meganoticias, TVC