La manifestación de resistencia e inconformidad de este 15 de noviembre no debe verse como un éxito o un recuento
de personas, vamos ni por el griterío o las consignas. Es una marcha más, otra, que da muestra que nuestro país está dividido. Que el gobierno desde López Obrador hasta la fecha se ha encargado de partirnos en dos: sus incondicionales electores y los demás que sumamos millones que día con día sobrevivimos a una crisis de gobierno, de violencia, de carestía y de rechazo a una cínica y abierta corrupción. Esa actitud negativa de proteger y brindar impunidad a quienes están saqueando al país, a aquellos que usan nuestro recursos en un afán de perpetuarse en el poder o en la historia, de esos que han rebajado la educación a mero adoctrinamiento o que condenan a los enfermos a morir porque el presupuesto se va en viajes de lujo para sus negocios o en defensa de Palestina, Nicaragua o Venezuela. Millones de personas desfilando por las calles reclamando por que se regala combustible a los cubanos mientras la gasolina en lugar de estar a 10 pesos el litro como se comprometieron, oscila ya cerca de los 25 pesos. Una sociedad que desde lejos observa cómo viven los gobernantes en un Palacio amurallado para que no los molesten pero usan el zócalo como su jardín de asambleas en donde a los acarreados los acomodan en sillerías y a los adversarios los reciben rociándolos con químicos y gases. Una "presidenta" (con a) que presume según ella su desmedida popularidad en tanto las cifras internacionales la colocan con un 57 por ciento de rechazo. Vemos y comprobamos cómo usan grupos de choque, les llaman el Bloque negro, para que provocadores golpeen lo mismo a estudiantes en sus instalaciones, ancianos vacunándose contra la influenza o ciudadanos en protesta callejera. El saldo: al finalizar la marcha de la Generación Z en la CDMX, el balance es de 120 heridos, 100 policías y 20 civiles, además de 40 detenidos. Del total de heridos, 60 policías y 20 civiles fueron atendidos en el sitio, mientras que 40 agentes fueron trasladados a un hospital por cortaduras, entre otras lesiones. Esos uniformados que en lugar de combatir al crimen organizado frenan la libertad de manifestación de los contribuyentes. La marcha de este 15 de noviembre en todo el país preocupa al gobierno porque ya no empata con su narrativa de que vamos “requetebién”, porque las políticas infames de “abrazos no balazos” sirvieron para llenar de drogas y armas los almacenes de los criminales, porque en la administración de Sheinbaum van 11 alcaldes cobardemente asesinados (Alejandro Arcos, Román Ruíz, Jesús Franco, Mario Hernández, Isaías Rojas, Salvador Bastida, Lilia Soto, Martha Mendoza, Acasio Flores, Miguel Bahena y Carlos Manzo). Porque nos han puesto a pelear con países hermanos como España, Ecuador, Perú y Estados Unidos. Porque a las instituciones sanas las han desaparecido e mandado al diablo y las actuales son ineficientes o están coludidas con los matones, incluyendo a las Fuerzas Armadas. La resistencia crece porque ya cansó, aburrió y molestó el discurso de culpar a otros y no hacerse responsable de sus actos. Hoy ya se habla de revocación a días del cumplimiento de un año de seis de la "presidenta" (con a) y eso, eso, dice mucho. Mientras la manifestación de Palacio Nacional se cimentó con una sola demanda:”queremos paz”.
CARLOS RAMOS PADILLA
*Conductor del programa VaEnSerio izzi 135 y radio mexiquense. Meganoticias, TVC