Los Judíos son Palestinos

La genética nos demuestra finalmente: los palestinos son judíos. *Y… ¿Netanyahu es en realidad ario?

*Los genes revelan hoy lo que la historia oficial oculta

En la anterior entrega mostramos la parte histórica de esta controvertida tesis que bien podría contribuir para la paz: los palestinos son judíos que olvidaron serlo. Ahora vienen los genes.

Un resumen de la entrega anterior: el problema actual en Palestina se debe a que palestinos y judíos pelean por un mismo pedazo de tierra. Cada uno afirma que el territorio le pertenece en función de que sus antepasados ​​vivieron ahí antes que los del otro.

Benjamín Netanyahu lo expresa así: "[Los antepasados ​​de los palestinos] llegaron de la península arábiga a la Tierra de Israel millas de años después de los israelitas". Lo contradice así el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas: “ [Los Palestinos llegamos antes, y] estuvimos aquí desde hace 5.000 años. Nosotros somos los cananeos”.
 
En pocas palabras: Netanyahu afirma que los palestinos llegaron desde Arabia en el 632 dC cuando, inspirados por Mahoma, los musulmanes iniciaron la “conquista islámica” desde la península arábiga hacia el mundo. Abbas dice “no”, y sostiene que los palestinos estuvieron siempre en el Canán –actual Israel-, o al menos desde tiempos prehistóricos, y que los palestinos son los verdaderos “cananeos” a los que la Biblia hebrea señala como “enemigos” de los judíos, a los que los judíos vencieron.
 
Hasta aquí se trata ya de varios enigmas. ¿Quién tiene la razón y quién dice una falsedad? ¿Abbas o Netanyahu?

¿Los genes pueden hoy aportar la prueba final, la respuesta total? ¿Quiénes eran en realidad los “cananeos”? ¿Por qué de pronto “desaparecieron” de la historia y no se explica en ningún lugar a dónde se fueron? ¿Son acaso los fenicios / hoy libaneses /; o son los palestinos; o los judios? ¿O los tres? ¿O ninguno de ellos?
 
En la columna anterior mostramos que es falsa la imagen que todos teníamos de la expulsión de los judíos en el año 70 DC por parte del emperador romano Vespasiano –expulsión que dio origen a la “Diáspora” o dispersión de los hebreos por el mundo-. Es falsa porque se nos hizo creer que se había expulsado a “todos” los pobladores judíos, y que no había quedado un alma de ellos en el Canán.

La realidad hoy comprobada es diferente: quedaron muchos judíos habitando el territorio a pesar de la orden de evacuación; la expulsión no fue total.

La prueba de ésto es que durante los siglos siguientes continuó habiendo en la región de Judea y Galilea constantes revueltas de judíos que pusieron de nervios al Imperio Romano: la de Bar Kokhba en el 132 dC -que obligó al emperador Adriano a cambiarle el nombre a la provincia de “Judea” y llamarla “Siria-Palestina”; la revuelta de Patricius en el 352 dC, y la de Benjamín de Tiberias en el 620 dC.

Inclusive, en el 632 dC, cuando los islámicos llegaron desde Arabia para conquistar el Medio Oriente -la invasión a la que se refiere Netanyahu-, fueron los judíos seguidores de Benjamín de Tiberias, habitantes de Palestina –por increíble que parezca y esto lo omite Netanyahu-, quienes recibieron a los árabes de Mahoma con bombo y platillo, pues los vieron como “libertadores” que los salvaríam del Imperio Bizantino al que tanto odiaban.
 
Entonces: ¿quién tiene razón: Benjamín Netanyahu o Mahmoud Abbas? ¿Los actuales palestinos vinieron desde Arabia, de los conquistadores inspirados por Mahoma?

La respuesta está en los genes.
 
Hoy hay más de 26 millones de personas en todo el mundo que han acudido voluntariamente a hacerse tests genéticos DTC (Direct to Consumer) –informe JAMA 2021, Lynn B. Jorde y Michael J. Bamshad-. Nunca antes la humanidad contó con una herramienta tan extraordinaria, poderosa y útil para buscar y encontrar la verdad sobre casi cualquier misterio histórico humano o conflicto político “irresoluble”.
 
En 2009 el equipo de Khaled K. Abu-Amero y Ana M González publicó un estudio según el cual los genes predominantes en la península arábiga son J1-M267 (42%), J2- M172 (14%), E1-M2 (8%), R1-M17 (5%) y K2-M184 (5%) –por parte del cromosoma Y.

En 2016, Amy Non de la Universidad de Florida publicó que Arabia muestra más de 10.5% de presencia del haplogrupo mitocondrial J1b, del cual los actuales palestinos sólo tienen un 4%.

En 2010 Amy Non reveló que una de las variantes predominantes en Arabia Saudita es la llamada “R0” mitocondrial, que prácticamente sólo existe en la península arábiga, donde es dominante –con una presencia de 40.7% entre los soqotri.

Estas variantes no existen entre los actuales palestinos –al menos no en volúmenes significativos.
 
Por si esto fuera poco: en 2018 la ISOGG (International Society of Genetic Genealogy) mapeó todas las derivaciones conocidas del genotipo “J1” del cromosoma Y –que es el haplogrupo típico de todas las poblaciones semiticas, junto con J2, predomintes en todo el Medio Oriente-. Según este mapa, y según Maciamo Hay de Eupedia en el 2021, en tiempos prehistóricos una rama de esta veta o cepa semítica J1 topó con pared en Yemen –en el extremo sureste de la península arábiga-, y ahí tuvo una mutación en el año 1000 aC hoy conocida como “FGC12”, que se convirtió en la variante o cepa “típica” de los pobladores de Arabia Saudita; tanto así que, según Hay, la propia familia real saudi tiene una ramificación de esta cepa: la FCG2.  
  
Lo importante de este análisis es que los actuales palestinos no tienen ni la cepa FCG12 ni la R0, al menos no en cantidades significativas, y estas cepas son definitorias de la península arábiga; ni tampoco la variante mtDNA J1b típicamente arábiga.
 
Esto sólo puede significar una cosa:

Los palestinos actuales no son descendientes genéticos de los mahometanos que vinieron desde Arabia al Canán en el siglo VII.

Es decir: no vinieron de Arabia. O LO QUE ES LO MISMO: Benjamín Netanyahu probablemente dice una falsedad.
 
Antonio Arnaiz-Villena y Slama Hmida sostienen que las hordas de Mahoma que conquistaron el Medio Oriente en el siglo VII no lo hicieron por medio de traer millones de migrantes desde la península arábiga para invadir demográificamente a los países conquistados y sustituir a los pobladores autóctonos por invasores en masa; sino que la conquista fue básicamente con ideas y armas por parte de un conjunto compacto de soldados que formaron un "superestrato" o "élite dominadora": les cambiaron la religión y la cultura a los habitantes locales: la lengua y la identidad.

Pero la población autóctona siguió in situ.

Los "islamizaron" –algo parecido a lo que los españoles hicieron aquí en México cuando llegaron: no exterminaron a la población prehispánica, sino que simplemente le cambiaron la religión, la lengua y la identidad, la "hispanizaron".

Dicen Arnaiz y Hmida: "Con la expansión islámica a partir del siglo VII [...] el alcance del intercambio genético árabe […] fue menor que la influencia religiosa/cultural. [...] Los árabes levantinos [es decir, del Canán] están [genéticamente] distantes de los sauditas."
 
Esto explica por qué los palestinos no tienen genes arábigos “islámicos” como el FGC12, el R0 y el mtDNA J1b, que son claves en esta propuesta/tesis –genes típicamente “arábigos” que al parecer nunca salieron de la península arábiga.

El Islam -según lo demuestran hasta ahora los genes- se impuso al mundo no invadiendo poblacionalmente a las naciones conquistadas, sino "convirtiéndolas". Su expansión no fue genética, sino con una idea y con armas.
 
Pero entonces: si los palestinos actuales –al menos en su mayoría- no vinieron de Arabia, ¿de dónde vinieron?
 
Tal vez tiene razón Mahmoud Abbas: siempre estuvieron ahí, en el Canán, y son los “cananitas” –al menos desde hace 5,000 años.

Pero, ¿a dónde se fueron los “cananitas” cuando los judíos los derrotaron en el 900 aC cuando el rey David formó el reino de Israel?, y ¿por qué esos "cananitas" de pronto desaparecieron para siempre de la historia en esa región que hoy es “Israel”, esfumándose misteriosamente?

Según el más importante e influyente arqueólogo de Israel, Israel Finkelstein: “los cananitas y los judíos son lo mismo”. Nunca desaparecieron. Sólo cambiaron de religión. Crearon el judaísmo y la fe en un solo Dios, y crearon una historia o mito en que los cananitas eran "otros", para sobre esa leyenda edificar su identidad.
 
Pasaron quince siglos y para el año 634 dC, la historia se repitió: los judíos que quedaban en Palestina Prima a pesar de la Diáspora ordenada desde el 70 dC por Vespasiano, en el 634 dieron la bienvenida a los conquistadores mahometanos cuando éstos derrotaron al Imperio Bizantino, y acabaron convirtiéndose al Islam –primero por "la buena", ante las bondades y magnanimidad del muy tolerante “Pacto de Umar” hacia los judíos por ser el "pueblo de Abraham"; luego por la fuerza y por la brutalidad: por la espada.
 
Almut Nebel, Marina Faerman y Ariella Oppenheim lo afirman en su investigación de 2001: “Nuestro reciente estudio de haplotipos de microsatélites de alta resolución demostró que una porción sustancial de los cromosomas “Y” de judíos (70%) y de árabes musulmanes palestinos (82%) pertenecían al mismo conjunto de cromosomas”.

Según Milka Levy-Rubin, y acorde con Michael Ehrlich en “La islamización de Tierra Santa” de 2022, los samaritanos [judíos y cristianos] se acabaron convirtiendo al Islam.

Nebel afirma en 2010: “la mayoría, de los árabes musulmanes de este país [Israel] descendían de los habitantes locales, principalmente cristianos y judíos que se habían convertido [al Islam] después de la conquista islámica en el siglo séptimo. dC (Shaban 1971; McGraw Donner 1981). Estos habitantes locales, a su vez, eran descendientes de un núcleo poblacional que había vivido en la zona [...] algunos incluso desde tiempos prehistóricos (Gil 1992).”
 
 
Así que los palestinos son –lo más probable- judíos que a partir del siglo VII olvidaron su pasado y se islamizaron, y hoy se llaman a sí mismos “palestinos”. Y los judíos que hoy regresan al Canán para recuperar su tierra histórica -“la Tierra Prometida”- están –sin saberlo- atacando a sus propios hermanos, y en cierta forma, a sí mismos.  
 
Cuando ambas partes sepan esta verdad que está en sus genes, tal vez prefieran abrazarse y compartir el territorio como pudieron hacerlo siguiendo la propuesta de partición geográfica de la ONU de 1947, o la del “Estado Binacional” propuesta por Martin Buber –cuando grandes porciones del territorio estaban aún despobladas y eran desiertos.
 
Post-Data: ¿Sabes que Benjamín Netanyahu podría ni siquiera ser judío genéticamente, sino siberiano-mongólico o ARIO? Su prueba genética lo hizo su hermano Iddo en 2016. Esto en la siguiente entrega. Más información en “Secreto Biblia” y “Secreto Vaticano” Grijalbo.

Post-Data 2: los palestinos no tienen de los filisteos antiguos nada más que el nombre. Pese a lo que circula en redes, el nombre "Filistea" o "Palestina", que efectivamente alude a los filisteos, lo puso a la región el emperador romano Adriano para desvincular el territorio a la palabra "Judea"; pues los filisteos eran de origen griego, más agradables para Adriano; pero los filisteos eran genéticamente arios R1b-M269 -rama griega-, no semitas J1 como los actuales palestinos y judíos.

Leopoldo Mendívil López / Autor de Secreto Biblia, Secreto Vaticano, Secreto Pemex, Secreto Maximiliano, Secreto 1910, GRIJALBO