El pelirrojo playero, un visitante notable del golfo de California

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Dentro de la Reserva de la Biósfera El Vizcaíno, en los humedales de la localidad de Guerrero Negro, en el estado de Baja California Sur, ocurre uno de los fenómenos
migratorios de aves costeras más importante de Norteamérica: alrededor de ocho mil 500 ejemplares del playero rojizo del Pacífico (Calidris canutus roselaari) arriban para invernar.
 
El profesor e investigador de la Universidad Autónoma de Baja California Sur (UABCS) y responsable del Laboratorio de Aves de la institución, Roberto Carmona Piña, mencionó que este sitio frecuentemente es considerado el de mayor trascendencia para la invernación del ave a nivel mundial, ya que ahí se concentra aproximadamente 50 por ciento de la población.
“El playero rojizo del Pacífico es la subespecie con el menor tamaño poblacional de las seis que existen en el mundo, consta de alrededor de 17 mil pájaros, de los que ocho mil 500 invernan en Guerrero Negro”, afirmó Carmona Piña, también miembro nivel I del Sistema Nacional de investigadores (SNI) del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).
La llegada de diversas especies de aves migratorias coincide con la temporada de avistamiento de ballena gris en el área natural protegida (ANP).
Las concentraciones de parvadas en el lugar ha atraído la atención de prestadores de servicios ecoturísticos de la localidad que, aunque enfocan sus esfuerzos en promover a los mamíferos marinos como principal atractivo turístico, han identificado potencial en la práctica del aviturismo.
 
Este es el caso del oceanólogo José de Jesús Varela Galván, que se dedica a prestar servicios de avistamiento de ballena gris en laguna San Ignacio, dentro del ANP, así como excursiones a la sierra de San Francisquito, para observar pinturas rupestres de miles de años de antigüedad; él ha mostrado interés en integrar actividades de observación del playero rojizo del Pacífico y otras especies de aves, a los paseos de avistamiento de ballena gris, para conformar una experiencia de mayor satisfacción para el visitante.
“En la reserva tenemos una biodiversidad muy rica e interesante, especies endémicas, migratorias y residentes. Entendemos que las aves son un recurso valioso, son indicadores biológicos del estado de salud de los sitios en donde las encontramos y, a su vez tienen un potencial de aprovechamiento en aviturismo”, mencionó Varela Galván, quien además es presidente del Consejo Asesor de la Reserva de la Biósfera El Vizcaíno.
Los prestadores de servicios turísticos muestran un interés en incursionar en el aviturismo, aprovechando especies carismáticas como el playero rojizo para atraer turistas de Estados Unidos y Canadá, principalmente.
Ellos están dispuestos a colaborar con científicos, en el monitoreo y registro de aves, así como lo han hecho con otras especies de la localidad, coadyuvando en estudios que les permitan conocer el estado poblacional en que se encuentran.
“La mayoría de los que vivimos en la Reserva de la Biósfera El Vizcaíno hemos aprendido a apreciar, cuidar y aprovechar las bondades que nos otorga un área natural protegida, por tal motivo estamos comprometidos a poner nuestro granito de arena para aumentar el conocimiento que se tiene de estas especies, que sirva para mejorar las condiciones de su hábitat y conservarlas”, destacó Varela Galván.
Ruta del pelirrojo
La Red Hemisférica de Reservas para Aves Playeras (RHRAP) —la instancia internacional más importante para la conservación de aves playeras— considera alrededor de 90 lugares de importancia en el continente americano: cuatro en Baja California Sur, de las que destaca la Reserva de la Biósfera El Vizcaíno.
El playero rojizo del Pacífico recorre alrededor de seis mil kilómetros desde Alaska y la isla rusa de Wrangel, hasta el noroeste de México.
En Guerrero Negro, la mitad de la población pasa la temporada invernal y una cuarta parte de la población, en algunas localidades costeras del golfo de California; Bahía Lobos, Moroncárit y Yavaros, en Sonora; y Marismas Nacionales, en Nayarit. En total, son alrededor de 12 mil aves que llegan a la región, mismas que se alimentan con huevos de pejerrey en el Alto Golfo de California.
 
Los huevos les proveen la energía suficiente para emprender su vuelo hasta el extremo norte del continente e iniciar su temporada reproductiva.
“Según la información que tenemos, aparentemente los playeros rojizos pasan por el Alto Golfo de California; sincronizan su paso en primavera, con la puesta de huevos del pejerrey, que son aprovechados como una fuente excelente de alimentación. En dos semanas, los playeros rojizos incrementan su peso corporal de 90 gramos a 150 gramos aproximadamente, de ahí continúan migrando hacia Alaska”, mencionó Carmona Piña.
El pejerrey es una de las dos únicas especies de peces que desovan en la superficie de la playa, es decir, salen del mar y ponen sus huevos en la arena. Este fenómeno ocurre en primavera, las 24 horas del día, en marea alta; un espectáculo natural que se puede apreciar a pleno día. 
Una vez que los huevos son incubados en la arena húmeda, solo pasan alrededor de diez días, hasta la siguiente marea alta, para que eclosionen los alevines.
UABCS, investigación puntual del playero rojizo
Los investigadores del Laboratorio de Aves de la UABCS realizan un proyecto de investigación del playero rojizo del Pacífico para determinar posibles rutas de migración del ave, en conjunto con investigadores de Oregón y Alaska, principalmente.
“En México, innegablemente somos los punteros en la investigación del playero rojizo y a nivel internacional, estamos entre los primeros a la vanguardia”, señaló Carmona Piña.
De igual forma, han documentado datos relacionados con el monitoreo y censo de las poblaciones del ave, así como sus características fisiológicas, en Guerrero Negro y Alto Golfo de California, ambos lugares han sido clave para la investigación del comportamiento del animal.
En el estudio para determinar la ruta migratoria del playero rojizo del Pacífico, han colocado mil marcadores en las aves, que permiten darle seguimiento satelital.
“Nos encontramos grupos interesantes del pájaro invernando en Nayarit, en Marismas Nacionales, aproximadamente mil individuos; en el sur de Sonora, en Yavaros y Moroncárit, aproximadamente dos mil, y en Bahía Lobos, otras mil; cuatro mil pájaros invernando en el continente y ocho mil en Guerrero Negro, es decir, en el noroeste de México invernan 12 mil de una población de 17 mil”, detalló Carmona Piña.
Los investigadores analizarán isótopos estables mediante muestras de plumas, para determinar la alimentación que tiene el playero rojizo y los sitios en donde se han desplazado, de esta manera podrán determinar con mayor exactitud su ruta migratoria.

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