Señales ominosas

Las señales están cada vez más lejos de ser buenas o positivas, pero podrían ser peores conforme se acorten los días del gobierno de la Cuarta Transformación que encabeza el presidente Andrés Manuel López Obrador.

 Vea usted y reflexione. El presidente está metido de lleno en la campaña presidencial. No sólo llamó ladina a Xóchitl Gálvez en su libro “¡Gracias!”, que circula en estos días, sino también la tildó de clasista, racista y una persona a quien la oposición ha querido hacerla ver con una “imagen popular”. ¿Por qué se ocupa y tanto de Xóchitl? ¿Pues no dicen que la hidalguense está en la lona y a 20 puntos cuando menos de distancia de la puntera presidencial? Nadie se ocupa de lo intrascendente, ¿o sí? Mucho menos un Jefe de Estado. ¿O no?

Las iniciativas presidenciales turnadas al Congreso, aunque difícilmente tendrán luz verde en lo que resta de esta legislatura, plantea un corset a quien triunfe y encabece el próximo gobierno, así éste sea encabezado por Claudia Sheinbaum algo que todavía está por verse y se verá en los poco más de tres meses que faltan para el Día D electoral del país. Esto si de última hora no sale algún iluminado a reclamar el desconocimiento de los comicios o su supresión ante el grave clima de inseguridad y sobre todo el accionar del crimen organizado y del narcotráfico. Esto no es una ocurrencia mía, claro.

Funcionarios del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación no descartan al 100 por ciento el riesgo de una eventual e indeseable cancelación electoral.

Agregue a este escenario la criminalidad y su auge, uno que apenas este jueves 15 de febrero llevó a las carreteras a cientos, si no miles de transportistas que reclaman seguridad, entre otras demandas, para que dejen de extorsionarlos y aún de matarlos.

Pero antes que atenderlos y resolver al menos parte de sus demandas, las más sensibles si se quiere, el presidente López Obrador también arremetió en contra de quienes circulan con carga en las carreteras del país, al decir que pretenden chantajear a su gobierno y pues que así no porque no se pueden dejar.

Más aún, un informe que citó el columnista Salvador García Soto en su columna Serpientes y escaleras de El Universal, da cuenta de que por órdenes de la Secretaría de Hacienda, el programa de mantenimiento y conservación de las carreteras federales se cancela para este año 2024. Eso significa que la red carretera de 42 mil kilómetros de vías libres de peaje en toda la República se quedará todo este año, el último del sexenio, sin las obras de señalización, reencarpetado, bacheo, barreras de protección, deshierbe, limpieza de cunetas y alcantarillado, barreras de protección y revisión de puentes, entre otras acciones de mantenimiento para las que ya no habrá recursos porque Hacienda decidió “reservar por causas de fuerza mayor” los 11 mil millones de pesos que el Congreso de la Unión autorizó para ese fin y que ahora serán reasignados a otros gastos y rubros del gobierno federal, sin que se informara del nuevo destino de esos recursos públicos.

Los datos sobre las finanzas de Petróleos Mexicanos, agudizan la preocupación del cierre sexenal, pero sobre todo nublan la perspectiva de esta empresa a corto plazo, lo que podría impactar en forma severa al gobierno que releve al de López Obrador en octubre próximo. Sabemos que Pemex es hoy la petrolera más endeudada del mundo con más de cien mil millones de dólares. También se sabe que los apoyos a Pemex en este gobierno suman un billón 456 mil 900 millones de pesos, pero también se conoce que la petrolera sigue sin fortalecer su situación financiera. Por ello, la agencia de riesgo crediticio Moody’s rebajó hace pocos días su calificación, algo que anticipa un aumento de los costos de futuros créditos incluso del gobierno federal.

La advertencia de Moody’s incorpora un posible y eventual incumplimiento de pago, algo que sería casi catastrófico para la economía nacional.

Otro dato, con fuente acreditada y fehaciente claro. La directora general del Instituto Mexicano para la Competitividad, Valeria Moy, alertó que para México, una aprobación de las 20 reformas que planteó el Ejecutivo y el problema de finanzas de Pemex constituyen una bomba de tiempo.

“Pemex es una bomba de tiempo, en términos de números, le han dado apoyos de 1.5 billones de pesos”, advirtió.

Aún en temas que mala y aún peligrosamente podrían considerarse menores, el problema del agua en la Ciudad de México y muchas otras urbes de México, está tensando las cosas y abriendo incluso un nuevo frente de pugnas entre los políticos, prácticamente todos ellos metidos de boca en la pelea por sus nuevos destinos y cargos.

Así que allí tiene usted algunos factores de riesgo no menor, que pintan un panorama nublado para el país, así se insista desde la alta cúpula del poder sexenal que no hay a la vista el riesgo de un estallido de violencia política-electoral. Ojalá.

@RoCienfuegos1