El último distractor antes del Final de la República

Mientras la Ciudad de México se consume en un embotellamiento eterno, en una especie de performance del caos, la

escena política mexicana se desliza —casi en silencio— hacia un abismo institucional sin retorno. Es el teatro perfecto: el plantón de la CNTE, los bloqueos de avenidas, las diatribas en redes sociales, los ciudadanos furiosos. Todos discutiendo sobre lo visible, mientras lo verdaderamente grave se cuela por la puerta trasera.

Lo que se oculta tras el humo de las mantas magisteriales es una realidad de proporciones históricas: la inminente reforma al Poder Judicial que elimina la carrera judicial, transforma la Suprema Corte en una asamblea política y entrega al oficialismo el control casi absoluto del sistema de justicia. Se trata de una demolición institucional disfrazada de eleción “legítima”, una mutación autoritaria que busca consumarse mientras el país está distraído.

Esta no es una acusación ligera ni un exceso retórico. Es la aplicación pura de lo que en teoría política se conoce como “cortina de humo”: la introducción de un conflicto altamente visible y mediático con el fin de diluir la atención pública sobre decisiones de alto costo democrático. En este caso, el distractor es el enfrentamiento con la CNTE. El objetivo: hacer que la ciudadanía deje de hablar del Poder Judicial y comience a hablar de tráfico, de la falta de decisión del gobierno y de pérdidas económicas.

La historia está llena de ejemplos similares. Naomi Klein, en La doctrina del shock, describió cómo las élites usan el caos o el miedo para imponer reformas impopulares. Chomsky y Herman hablaron de la “manufactura del consentimiento”, donde los medios alineados con el poder dan protagonismo a lo episódico para invisibilizar lo estructural. Hoy, México vive su propia versión de esa estrategia. Un país convertido en espectador de su propia rendición republicana.

¿Serán capaces en Palacio Nacional de orquesatar un montaje de este nivel, llegando al Suma Cum Laude de las practicas Macuspanas, para desviar la atención a la farsa de la votación, sabiendo que no tendrán los votos necesarios para legitimarla? ¿Será la CNTE el último distractor antes del final de la República?

¿Y qué prometió Claudia Sheinbaum a la CNTE? Revisar la Ley sobre pensiones del ISSSTE de 2007, restaurar el sistema de pensiones solidarias, eliminar la USICAMM (Unidad del Sistema para la Carrera de Maestras y Maestros), y mejorar los salarios docentes. No lo hizo. En su lugar, se ofrece un aumento salarial insuficiente y una semana extra de vacaciones. Frente al incumplimiento, la CNTE reacciona, y el gobierno lo capitaliza como escudo.

El Zócalo es convertido en un ring, mientras la Constitución termina de ser reescrita ya con los hechos, y agoniza la Democracia y la República; claro también habría que tomar en cuenta que las marchas que la ciudadanía organizan para el 1 de junio debieran llegar al mismo zócalo completamente tomado por los maestros, la sede del poder ejecutivo a nvel nacional y que así el único punto donde se ha visibilizado la oposición durante los últimos años, quede nulificado y como ya es costumbre saldrán después  de la marcha, a firmar que no había mas de 1000 personas y que fracasaron en el intento, y la imagen del ejecutivo impoluta.

Es momento de hablar claro: sin contrapesos, no hay República. Sin autonomía judicial, no hay justicia. Y sin justicia, lo que queda es la voluntad de un solo poder que decide y ejecuta, juzga y absuelve, censura y ordena y ese no es otro, que le gobierno de MORENA.

No se trata de defender a jueces corruptos, sino de preservar los mecanismos que impiden que el poder absoluto se vuelva costumbre. La reforma judicial que hoy avanza sin contrapesos no busca una mejor justicia, sino una justicia a modo. Es la legalización del dedazo, la institucionalización del clientelismo judicial, el fin de la división de poderes.

Y sí, mientras tanto, seguimos atrapados en el tráfico. Tal vez, como en las tragedias clásicas, México ya no quiere ver. Solo gritar en la calle lo que no se atreve a enfrentar en las urnas o en los congresos.

Pero que nadie diga que no lo vio venir. Este es el último distractor antes del final. Y una vez que la República caiga, no habrá magisterio en paro que pueda enseñarnos a recuperarla.

Antes de terminar mi artículo quiero darle crédito a @sirxcal de X, porque respondiendo una de mis publicaciones me aventó la desgarradora frase que elegí como título.

Alejandra Del Río

@alejandra05

@aledelrio1111

Presidenta de PR Lab México, Catarte y Art Now México, ha escrito columnas sobre política, arte y sociales en muchos de los medios más reconocidos del país, particularmente en el Heraldo de México, El Punto Crítico y en el Digitallpost. Ha participado en numerosos proyectos de radio a lo largo de 20 años, hoy además dirige el podcast Fifty and Fabulous en Spotify.