Una cumbre, muchas batallas

Nepal, 09 de junio 2025 ::: Solo las almas más valientes se atreven a enfrentar las inmensidades del Monte Everest y

Regina Ceballos es una de ellas. La tapatía de 31 años puede decir con orgullo que es una de las pocas personas en escalar la montaña más alta del mundo, misma que no solo pone a prueba la resistencia física de aquellos que están dispuestos a llevar a su cuerpo al límite sólo para tratar de llegar a la cumbre, sino también, pone en juego la parte mental para sobrevivir entre la delgada línea que divide a la aventura y la muerte.

El 23 de mayo pasado la jalisciense alcanzó un logro histórico. Guiada por sus ganas inmensas de descubrir cada parte del planeta Tierra, superándose a sí misma en cada paso e impulsada por una asombrosa comunidad, Regina se convirtió en la novena mexicana en escalar los ocho mil 848 metros de altura del Monte Everest para llegar hasta su cumbre, contra toda adversidad y con una pasión inagotable.
Sin ser una experta en temas de alpinismo, hace dos años Ceballos se puso como objetivo completar el reto de las Siete Cumbres, que consiste escalar las montañas más altas de cada continente. El pico del Everest fue el cuarto en su lista y hasta ahora el más significativo en este camino.
::: ¿Cómo surgió la idea de escalar el Monte Everest?
— Quería un cambio en mi vida. Siempre me ha gustado el deporte, porque considero que soy alguien que necesita estar en movimiento. Quería un viaje con la naturaleza y ya estaba un poco cansada de la vida rutinaria de lunes a viernes, la oficina de ocho horas y luego el fin de semana los mismos planes con las mismas personas. En mi primera vez haciendo trekking en Nepal escuché sobre todos los retos que hay, todas las montañas que existen, me gustó mucho este deporte y así fue como llegué al Everest a través del reto de las Siete Cumbres.
::: ¿Cómo describes la experiencia de escalar la montaña más alta del mundo?
— Los primeros 10-15 días fueron muy bonitos porque es de senderismo, pasas por varios pueblitos y ves paisajes es muy lindos. Entre más vas caminando, la altura ya se vuelve un factor y aparte hay menos comodidades, lugares y comida. Llegas a campamento base y ahí estás la mayoría del tiempo. Todo está muy bien armado y por lo general es la misma comida. Duermes en una carpa un poco incómoda, pero tienes tu propio espacio. Las duchas son casi inexistentes, sobre todo por el tema del clima porque te puedes enfermar y es súper complicado recuperarte, por lo que te bañas cada semana o dos semanas.
::: ¿Hubo algún momento en el que quisiste desistir?
Constantemente me preguntaba: “¿qué hago aquí?”, pero hubo dos momentos en específico. Para llegar a la cumbre ya son casas de campaña, tienes que calentar agua de glaciar para tomar, hay muy poca comida, comes chocolates, sopas instantáneas y aparte cuando pasas el segundo campamento ya es muy difícil que alguien te rescate. Entonces, pensé “pasando de aquí, ya estoy sola. Mi cuerpo ya no sé cómo va a reaccionar y no hay vuelta atrás”. También empiezas a ver cuerpos inertes y personas bajándose. El día de cumbre fue muy difícil con muy mal clima, esfuerzo físico, mental y emocional.
::: De todo lo que mencionas, ¿qué fue lo más complicado para ti?
— La parte mental, porque sentía que mi cuerpo no se estaba adaptando. No dormía bien, me enfermaba mucho del estómago y de la gripa, eso me volvía más vulnerable. Entonces, me hacía cuestionarme si podía o si no podía.
::: Después de 45 días en la montaña, te conviertes en la novena mexicana en llegar a la cumbre del Everest, ¿cómo te sientes de formar parte de este selecto grupo?
— Siento mucha satisfacción, porque fue un proyecto personal de aventura y de mis propios límites. Al final, terminó siendo un reconocimiento nacional y hasta internacional. Hasta que bajé de la montaña me di cuenta de que fue un gran logro y aún sigo aterrizándolo. Todo ha sido como un viaje personal y me siento muy satisfecha porque he tenido varios obstáculos, nunca me rendí y, finalmente, lo logré.
::: Pasión que no tiene freno
Para Regina, alcanzar el pico del Everest fue un paso importante dentro de un proceso mucho más significativo.
La tapatía no quita el dedo del renglón en su objetivo de escalar las Siete Cumbres, reto que ha cumplido ya más allá de la mitad, por lo que está cada vez más cerca de hacer historia, a pesar de las dificultades que esto conlleva.
::: Dentro del reto de las Siete Cumbres, ¿cuál es la siguiente parada?
— La Pirámide de Carstensz que es el pico más alto de Oceanía. Tiene 4 mil 800 metros de altura sobre el nivel del mar, pero lo complicado ahí es el aspecto social porque habitan tribus un poco agresivas que son caníbales y que han matado a muchas personas. Se tiene que evitar eso y para llegar a campamento tienes que ir acompañada de militares porque, aparte, el gobierno no entra ahí.
::: Pese a todas las complejidades y amenazas que envuelven a cada una de estas expediciones, ¿por qué decides continuar realizando esta práctica?
Te impulsa la aventura, los retos que tienes que pasar, la belleza y la poesía de los lugares. Cuando estoy en los días de expedición yo siento muchísima libertad. Todo lo que vivo para llegar hasta la cumbre me encanta. Me gusta demasiado la naturaleza, el deporte, me encanta esa introspección que tienes contigo misma. Para mí, también es tener ese break de esta vida que va súper rápido, y de un mundo donde hay demasiada ansiedad.
El reto de las Siete Cumbres
• África: Kilimanjaro | Tanzania*
• América del Norte: Monte McKinley | Estados Unidos
• América del Sur: Monte Aconcagua | Argentina*
• Antártida: Macizo Vinson | Cordillera Sentinel, Antártida
• Asia: Monte Everest | Nepal*
• Europa: Monte Elbrus | Rusia*
• Oceanía: Pirámide de Carstensz | Indonesia
*Conquistadas por Regina Ceballos
::: Siempre hay un compañero de aventuras
Regina Ceballos comenzó con esta pasión por el alpinismo sin tener experiencia ni amigos que la acompañaran. Sin embargo, en el camino se encontró Juan Pedro Morales, quien también tiene un alma aventurera, convirtiéndose en su amigo y un factor sumamente importante para dar inicio con el reto de las Siete Cumbres, ya que luego de coincidir en una expedición en África, pese a que ambos son de Guadalajara, decidieron explorar juntos las colinas más altas de cada continente.
“En mi primera gran montaña que fue en África conocí a Juan Pedro y nos dimos cuenta que teníamos la misma idea, entonces dijimos, ‘lo hacemos, va’. A partir de ahí, los dos nos impulsamos y organizamos todo el proceso de logística. La idea fue hacerlo en tres años y sí estamos dentro del tiempo previsto”, dijo Ceballos.
“Muchas veces las personas se detienen a hacer algo porque no tienen personas que los apoyen, pero yo les diría que si tienen las ganas de iniciar con el senderismo, simplemente háganlo. En el camino vas a encontrarte con gente que comparta las mismas pasiones que tú. Tanto Regina como yo hemos hecho amigos de todo el mundo, Uruguay, Rusia, Venezuela y más, es una comunidad muy bonita”, agregó Morales.
Sobre lo que ha significado recorrer las montañas más altas del mundo, Juan Pedro señaló que este deporte requiere mucha paciencia porque no siempre los planes saldrán como uno los plantea. Sin embargo, cada uno de los resultados ha valido la pena.
“El alpinismo es una prueba enorme de paciencia. Tienes que sentarte a esperar el momento adecuado para que sucedan las cosas. Puede ser que mañana no, tampoco pasado y de pronto se acerca un día y solo tienes tu equipo listo y en el momento que se abre la ventana tomas la oportunidad, atacas el momento y ya. Pero realmente, mucho de eso es sentarte a esperar y eso te puede jugar de muchas maneras”, finalizó Juan.

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