entrevista para Notimex Juan Carlos Cruz Chellew.
Cruz Chellew fue víctima de abuso en su juventud por parte del sacerdote Fernando Karadima en Chile. Él y sus compañeros denunciaron los abusos. En 2018, cuando el Papa llegó a Chile, denunció el hecho y poco después el Sumo Pontífice “se dio cuenta de la barbaridad que estaba pasando ahí”. Su actitud ha cambiado a partir de ese momento, comentó.
Cruz Chellew fue invitado al Vaticano para dialogar con el Papa y pudo plantearle su caso y el de otras personas que se acercaron a él. Confiaron sus historias y se acompañaron.
Por ello, ha hablado sobre el cambio más reciente en la iglesia: la reforma por la eliminación del secreto pontificio, removido de los estatutos clericales. Gracias a la medida las víctimas podrán tener acceso a sus expedientes y los obispos tendrán la obligación de denunciar a los curas que tengan señalamientos de abuso dentro de la iglesia católica.
El activista chileno ha señalado que al Papa Francisco le importa este tema, que quiere hacer lo correcto y trata de eliminar el horror del abuso sexual en la iglesia y la cultura del abuso dentro de la institución.
Aseguró que el Pontífice “ha sido tremendamente cariñoso, respetuoso”, por lo que ha visto a un Papa que sufre con el dolor de las víctimas, que “se preocupa de cosas por las que muchos monseñores romanos y otros arzobispos no. Ellos viven en sus palacetes y hablan mucho, pero hacen poco”. Sin embargo, Francisco “ha demostrado que tiene una verdadera preocupación por los que están más marginados por la iglesia”.
Este cambio, mencionó Cruz, permitirá que la gente denuncie que fue abusada y la iglesia no los acusará de mentirosos ni los culparán de lo que han pasado.
No obstante, remarcó que el problema en la iglesia “es que hay muchos obispos que le dicen en su cara que sí al Papa y después vuelven y hacen las mismas barbaridades en sus diócesis”.
Consideró que no puede existir una justicia paralela. Al llevar los casos en lo penal y en lo clerical se podrán brindar a las víctimas mejores condiciones, pues habían sido injustos con las personas que sufrían esto.
Cruz reafirmó que la preocupación y la sensibilidad con quienes han pasado por esto son lo más importante. Auxiliarlos se ha convertido en su prioridad con la fundación “Para la confianza”, donde ha ayudado a víctimas de abuso sexual, sin importar quiénes fueran los victimarios.
En la entrevista aseguró que la eliminación del secreto pontificio es importante, pero “queda mucho por hacer”. Pidió a los obispos que sigan el ejemplo del Papa, se comprometan y pongan a las víctimas por sobre todo, que les tiendan la mano, les crean y los atiendan.
Cruz espera que los obispos de todos los países, pero sobre todo los de América, se vayan de sus puestos lo más pronto posible, porque el daño que han hecho no tiene nombre.
Espera que la gente buena tome las riendas en la iglesia y repare el daño que han hecho los miserables que deberían estar en la cárcel. El proceso para que se haga justicia a las víctimas podrá ser largo, “pero este es un paso importante para el cambio”.
