La noticia se conoció poco antes de que expirara el ultimátum para un alto al fuego en Ucrania que el presidente estadounidense había dado al líder ruso. Los expertos no esperan grandes avances de este encuentro, aunque algunos factores podrían empujar a Putin a encaminarse hacia un cese de hostilidades.
::: ¿A quién beneficia la reunión prevista?
El próximo encuentro entre Vladimir Putin y Donald Trump será el primero desde la reelección del presidente estadounidense. A mediados de julio, Trump dijo sentirse decepcionado con Putin por el bombardeo ruso contra la capital ucraniana, Kiev, pero que "aún no había terminado con él”.
Tras la visita al Kremlin del enviado especial de EE.UU., Steve Witkoff, el 6 de agosto, la Casa Blanca y el Kremlin anunciaron el encuentro entre ambos mandatarios. No se precisó qué se discutirá en Alaska, aunque está claro que el tema será Ucrania, que no estará representada: ni Washington ni Moscú prevén la participación del presidente Volodimir Zelenski.
Los observadores consultados por DW están convencidos de que el anuncio beneficia sobre todo al presidente ruso. "Putin siempre ha procurado que él y el presidente de EE.UU. —quienquiera que ocupe el cargo— decidan el destino del mundo, y que esas imágenes den la vuelta al planeta”, comenta a DW Mijaíl Kasiánov, primer ministro ruso entre 2000 y 2004.
El opositor ruso Dmitri Gudkov, exiliado, señala que la cita en Alaska será para Putin una oportunidad única de estrechar la mano de uno de los líderes del mundo occidental, algo que no piensa desaprovechar. "Para Putin, el simple hecho de poder reunirse con Trump ya es un enorme triunfo. Trump legitima, en esencia, a un criminal de guerra y le concede el derecho a participar en negociaciones con Occidente”, afirma Gudkov. "Si no fuera por Trump, nadie negociaría con Putin”, añade.
::: Por qué Putin muestra ahora disposición
A finales de julio, quedó claro que Trump estaba irritado por la falta de disposición de Putin para poner fin a los combates en Ucrania. Dijo no estar ya interesado en seguir dialogando con él y le dio un ultimátum de 50 días para alcanzar una solución de paz, plazo que luego redujo a diez días. Según los observadores consultados por DW, la percepción de que Trump perdía la paciencia pudo llevar al Kremlin a aceptar las negociaciones.
Kirill Rogov, politólogo y director del medio en línea en ruso Re:Russia, que publica análisis de académicos rusos, señala el deterioro de la economía rusa, el avance cada vez más lento del ejército ruso en Ucrania y las sanciones secundarias estadounidenses potencialmente peligrosas para Rusia. En ese contexto, afirma, está en interés de Putin buscar el fin de la guerra.
"Putin también espera poder vender su disposición a un precio mucho más alto ahora que más adelante. Porque a finales de año estará en una posición aún peor si se confirma que la ofensiva rusa apenas surte efecto y la situación en el frente no cambia”, dice Rogov. Además, nuevas sanciones estadounidenses podrían hacer que Rusia pierda a India como comprador de crudo y tendría que prepararse para una nueva ofensiva por tercer año consecutivo.
::: ¿A quién beneficia una tregua aérea?
La semana pasada, Bloomberg informó, citando fuentes anónimas, que el Kremlin ha comprendido que la visita de Witkoff era la última oportunidad para lograr un acuerdo con Trump. Según esas fuentes, la posible "concesión” que haría Rusia sería una tregua en el espacio aéreo.
Un gesto así, coordinado con la administración Trump, beneficiaría sobre todo a Moscú y no a Kiev, según Dmitri Gudkov. Ucrania ha lanzado "efectivos” contraataques que han obligado recientemente a cerrar aeropuertos rusos con frecuencia. Además, han alcanzado depósitos de armas, equipos militares y refinerías en territorio ruso. Esto, afirma, es clave desde el punto de vista psicológico, para que los rusos comprendan que la guerra también les afecta de cerca y no solo por televisión. "Si cesan estos ataques aéreos, Putin podrá avanzar tranquilamente por tierra, donde tiene ventaja”, opina Gudkov.
::: ¿Qué puede presionar al Kremlin?
Para Gudkov, ya no existen verdaderos medios para presionar externamente a Rusia. Por ejemplo, a pesar de las sanciones, cientos de petroleros con crudo ruso siguen navegando por los mares.
Su esperanza de un rápido alto el fuego se basa menos en cuestiones externas y más en factores internos que puedan presionar al Kremlin. Cuanto más se prolongue la guerra, más difícil le resultará a Putin presentar el resultado como una victoria rusa. "Llegará un momento en que a los rusos no les importará si Ucrania está en la OTAN ni cómo termina esta guerra, con tal de que termine”, concluye Gudkov.