Acusa Gustavo Petro a EE. UU. de asesinato; Trump detiene la ayuda

afirmó que un ataque estadounidense en el Caribe había matado a un pescador. En respuesta, el presidente Donald Trump dijo que recortaría la ayuda e impondría nuevos aranceles a las importaciones colombianas.

 El presidente de Colombia, Gustavo Petro, acusó a Estados Unidos de asesinar a un pescador inocente en un ataque contra una embarcación que, según las autoridades estadounidenses, transportaba drogas ilícitas, lo que llevó al presidente Donald Trump a declarar el domingo que recortaría drásticamente la ayuda a Colombia --uno de los principales países receptores de ayuda de Washington en Latinoamérica--, e impondría nuevos aranceles a los productos del país.
El enfrentamiento entre los dos líderes reflejó las crecientes tensiones en la región a causa del enorme despliegue militar estadounidense en el Caribe, que tiene como objetivo a Venezuela, país vecino de Colombia. Las fuerzas estadounidenses han matado a decenas de personas en las últimas semanas a bordo de embarcaciones que, según el gobierno de Trump, transportaban drogas desde Venezuela.
El gobierno no ha aportado pruebas que respalden sus afirmaciones, más allá de descripciones de evaluaciones de inteligencia y videos desclasificados de partes de los ataques. Los especialistas jurídicos han calificado de ilegales tales muertes, porque los militares no pueden atacar legalmente a civiles que no supongan una amenaza en el momento y no participen directamente en hostilidades.
"Funcionarios del gobierno de los EE. UU. han cometido un asesinato y violado nuestra soberanía en aguas territoriales", escribió Petro en redes sociales. Dijo que el hombre muerto en el ataque de mediados de septiembre, Alejandro Carranza, era un "pescador de toda la vida" cuya embarcación había sufrido daños y estaba a la deriva, probablemente en aguas colombianas, en el momento del ataque. Su caracterización de Carranza y el bote no pudieron confirmarse en un primer momento.
Trump respondió acusando a Petro de no hacer lo suficiente para frenar la producción de drogas ilegales, llamándole "traficante de drogas ilegales" con "una boca insolente hacia América", refiriéndose a Estados Unidos. Trump también dijo que Estados Unidos suspendería los pagos de ayuda a Colombia, país que durante mucho tiempo ha figurado entre los mayores receptores mundiales de ayuda antinarcóticos estadounidense. Más tarde dijo a los periodistas en el Air Force One que el lunes anunciaría nuevos aranceles a productos colombianos.
Los dos mandatarios han mantenido una relación tormentosa desde el inicio del segundo gobierno de Trump.
En enero, apenas unos días después de asumir el cargo, Trump amenazó con imponer aranceles altísimos a Colombia cuando Petro se movilizó para bloquear el uso por parte de Trump de aviones militares para deportar a miles de migrantes a Colombia.
Estados Unidos también revocó la visa de Petro durante la Asamblea General de las Naciones Unidas en septiembre, después de que pidió a los soldados estadounidenses que desobedecieran a Trump en un mitin propalestino en Nueva York.
Sin embargo, no estaba claro de inmediato qué impacto podrían tener los nuevos recortes de ayuda de Trump. El gobierno de Trump ya había recortado la ayuda a Colombia a principios de año, como hizo en otras partes de América Latina.
A principios de año, Colombia iba a recibir más de 400 millones de dólares de ayuda, según Adam Isacson, director de supervisión de defensa de la Oficina de Washington para América Latina, un grupo de investigación. Dijo que los recortes anteriores habían dejado a Colombia con aproximadamente una cuarta parte de esa cantidad.
Aunque Colombia y Estados Unidos siguen cooperando en la lucha contra el narcotráfico, la ayuda estadounidense global al país también ha disminuido desde los años del "Plan Colombia", una iniciativa de principios de la década de 2000 que finalizó hace 10 años y cuyo objetivo era combatir tanto a los cárteles de la droga como a las insurgencias armadas políticas de izquierda.
Más allá del efecto sobre la ayuda, las disputas subrayan cómo Colombia podría enfrentarse a mayores repercusiones del despliegue militar estadounidense en el Caribe.
Colombia es, con diferencia, el mayor productor mundial de cocaína, y un actor mucho mayor en el comercio mundial de drogas que Venezuela, que produce cantidades insignificantes de cocaína y básicamente no desempeña ningún papel en la producción o el contrabando de fentanilo.
Poco después de que Trump dio a conocer su petición de detener la ayuda a Colombia, el secretario de Defensa, Pete Hegseth, anunció otro ataque contra un buque, que según Hegseth estaba relacionado con un grupo rebelde colombiano, el Ejército de Liberación Nacional. Sin aportar pruebas de sus afirmaciones, Hegseth dijo que el barco, atacado el viernes, transportaba narcóticos.
El despliegue de fuerzas estadounidenses es el mayor en la región en décadas, e incluye unos 10.000 soldados estadounidenses y decenas de aviones y barcos militares. Aunque el gobierno de Trump afirma que se trata de una misión antidroga y antiterrorista, en privado funcionarios han dejado claro que el objetivo principal es expulsar del poder al líder autoritario de Venezuela, Nicolás Maduro.
Petro, político de izquierda y antiguo integrante de un grupo guerrillero urbano, quien llegó a la presidencia en 2022, ha expresado en repetidas ocasiones su apoyo a Maduro mientras se desarrolla la crisis entre Washington y Caracas. El presidente colombiano se ha mostrado dispuesto a polemizar con Trump, en marcado contraste con las cautelosas posturas que la mayoría de los demás líderes latinoamericanos han adoptado ante el gobierno de Trump.
En Colombia, el posicionamiento de Petro suscitó respuestas variadas. Vicky Dávila, periodista y aspirante presidencial conservadora, expresó su apoyo a Trump el domingo, diciendo en las redes sociales: "Petro y su Gobierno corrupto ha favorecido el narcotráfico de todas las formas posibles.
Pero el senador Iván Cepeda, partidario de Petro, insinuó que Trump debía más bien prestar atención a la amplia demanda de drogas ilegales en Estados Unidos. "Su furia es que en Colombia tenemos un mandatario digno, que no se arrodilla y que exige que EE. UU. asuma su responsabilidad en el problema del narcotráfico", dijo Cepeda.
El fin de semana, Petro usó sus redes sociales para instar a la fiscalía general de Colombia a ayudar a la familia de Carranza a presentar demandas contra Estados Unidos.
Petro sugirió que la familia de Carranza presentara denuncias en colaboración con una familia de Trinidad que también dice que un pariente suyo murió a causa de otro ataque de Estados Unidos.
Aunque la campaña estadounidense en el Caribe se ha dirigido principalmente contra los sospechosos de ser narcotraficantes venezolanos, los ataques han matado o herido a personas de otros países.
Otro colombiano, Jeison Obando Pérez, de 34 años, fue alcanzado por el sexto ataque aéreo estadounidense de este tipo la semana pasada, junto con un ciudadano de Ecuador. Ambos sobrevivieron.
Estaban a bordo de un semisumergible que explotó el jueves, y fueron rescatados por fuerzas estadounidenses y tratados inicialmente a bordo de un buque de la Marina estadounidense en el Caribe.
Obando Pérez fue repatriado el sábado y hospitalizado en Colombia con traumatismo cerebral y estaba ayudado por un respirador artificial, dijo Armando Benedetti, ministro colombiano del Interior, en una publicación en las redes sociales el sábado por la noche. Una vez que esté consciente, será "procesado por la justicia por tráfico de drogas", dijo Benedetti.
El otro sobreviviente del ataque del jueves regresó a Ecuador el sábado y estaba siendo sometido a una evaluación médica.
Simon Romero es corresponsal del Times en México, Centroamérica y el Caribe. Reside en Ciudad de México.
Genevieve Glatsky es una reportera del Times radicada en Bogotá.
Zolan Kanno-Youngs es corresponsal del Times en la Casa Blanca, donde cubre al presidente Donald Trump y su gobierno.

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