Declaran IV Cumbre UE-CELAC una buena declaración contra todo mal pronóstico

y António Costa, se declararon satisfechos. La reunión logró, contra todo mal pronóstico, una buena resolución, aunque no hubo 60 firmantes, sino solo 58.

 Si bien se presumía que en algunos artículos ciertos países iban a disociarse de la declaración, no se esperaba que Nicaragua y Venezuela saltasen del barco en el último momento.
Con todo, para los anfitriones, para la Alta Representante de la Unión Europea, Kaja Kallas, y para el ministro de Exteriores de Uruguay, Mario Lubetkin, ha sido un éxito que el diálogo le haya ganado a la confrontación, tanto es así que el presidente de Colombia se dio el trabajo de mencionar a todos los países firmantes, y a los no firmantes ni siquiera los nombró. 
La IV Cumbre UE-CELAC, en Santa Marta-Colombia, se cierra con un texto que, a todas luces, es el producto de largas negociaciones, gracias a las cuales se ha logrado incluir temas bastante espinosos.

::: Los antecedentes

Sólo dos años pasaron entre la III y la IV Cumbre UE-CELAC. Esto es visto como todo un logro, pues para la tercera hubo que esperar ocho años. Si en el 2023 en Bruselas se introdujo el tema de la triple transición -digital, verde y justa-, en el 2025 en Santa Marta se trataba de presentar logros. De base había un tono alegre, pues el gobierno de Gustavo Petro escogió como sede la ciudad caribeña que festeja sus 500 años de fundación.
Pero en julio de 2023, aunque la guerra de agresión contra Ucrania llevaba ya más de un año, no se podía prever que poco después empezaría la guerra en Gaza, y que pronto los cambios en Washington pondrían al mundo de cabeza, llenarían de incertidumbre el sistema multilateral y, más recientemente, al mar Caribe de ataques contra supuestas narcolanchas. 

::: Compromisos en espera de la hoja de ruta

Con el compromiso de establecer una hoja de ruta para  poner hitos a los compromisos adquiridos -entre ellos, el ajuste de la lucha contra el crimen transnacional, el tráfico de drogas y la seguridad de los puertos-, la declaración de Santa Marta recoge la apuesta por un orden multilateral que no deje pasar ni la guerra en Gaza ni los bombardeos en el Caribe. Tampoco las amenazas que penden sobre el Canal de Panamá. La soberanía del territorio se subraya, e incluso se vuelve sobre el tema de las islas Malvinas. Por otro lado, se recuerda a quien quiera entender la apuesta conjunta por elecciones libres como expresión de la democracia. 
Si bien el texto acordado entre la UE y la CELAC es una apuesta por el sistema de Naciones Unidas, no deja de recordar que la arquitectura financiera internacional requiere una reestructuración. Esto, y la mención clara de los Objetivos de Desarrollo Sostenible son un eco de lo que se acordó en Sevilla en julio de este año.
La red de acuerdos comerciales que existen entre la UE y Chile, México, los países andinos, y Centroamérica se resaltan como instrumentos que han traído prosperidad y seguridad. Sin mencionar al aún vacilante acuerdo con Mercosur, la declaración apuesta por ampliar la red de tratados comerciales entre las dos regiones. En ese tono también se resaltan las bondades del plan de inversiones de la UE en América Latina y el Caribe, el Global Gateway.
La lucha contra el sargazo en el Caribe se incluye tanto como la necesidad de seguir haciendo esfuerzos por reducir las emisiones y cumplir a cabalidad con el Acuerdo de París. Avanzar en la Alianza Digital (lanzada en 2023) y plasmar en hechos concretos el Pacto por los Cuidados se insertan también en este consenso birregional.

::: Un éxito, a pesar de todo

Así las cosas, a pesar de escasa asistencia al más alto nivel, la IV Cumbre se cierra con una declaración bastante consistente. En un día más de cumbre, de reuniones bilaterales saldrá muy probablemente el camino y el ritmo a seguir cuando hay dos que no estarán a favor.

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