El BCE recorta el tipo de interés al 0,05% y se pone a comprar deuda privada

“Las decisiones de hoy, junto con otras en marcha, se están tomando con la visión de apuntalar una inflación estancada a medio y largo plazo en línea con nuestro objetivo de que quede por debajo pero cerca del dos por ciento”, justificó Draghi. “Si se estima necesario para reducir aún más los riesgos de un periodo demasiado largo de baja inflación, el Consejo de Gobernadores es unánime en usar instrumentos no convencionales adicionales dentro del marco de su mandato”, añadió de cara al futuro.

El nuevo tipo de interés del 0,05 por ciento de la eurozona ya se puede decir que es uno de los más bajos del mundo. Estados Unidos lo mantiene entre el cero y el 0,25 por ciento desde 2008. Mientras que Japón llega al 0,3, pero de facto es el cero. Por su parte, el Reino Unido ratificó este mismo jueves el 0,5.

“Las medidas no convencionales consisten en que el BCE permite a los bancos convencionales, los bancos normales de toda la eurozona, vender activos llamados ABS, sean obligaciones garantizadas o titularizaciones de préstamos”, explicó por su lado a Euronews el analista portugués Rui Bàrbara, del Banco Carregosa. “Estamos muy lejos de caer en Europa en una burbuja inmobiliaria. Precisamente es lo contrario porque existe necesidad de crédito”.

La traducción exacta de ABS es activos adosados a títulos crediticios. En lenguaje de la calle, se trata de la conversión en acciones de los préstamos a familias y empresas para que los bancos también puedan financiarse. Y que estuvo en el origen de la crisis hace seis años en Estados Unidos, por la comercialización de las ‘subprimes’, las hipotecas basura. De ahí el temor a que esto genere una nueva crisis en Europa con las decisiones del BCE.

De hecho, Draghi no detallará los tipos exactos de activos y la cantidad a comprar hasta la próxima reunión del BCE del 2 de octubre. Pero se supone que serán los de mayor calidad, como las obligaciones que emiten los mismos bancos. En último caso, se trata de impedir que la actual inflación de sólo tres décimas se convierta realmente en deflación. Decisiones como éstas contaron con la oposición del gobernador central alemán Jens Weidmann.

 

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