Así operaba la red de tráfico y fabricación de armas para Los Chapitos a la que vinculan a Julio César Chávez Jr.

El excampeón mundial de boxeo Julio César Chávez Jr. es investigado por la Fiscalía General de la República

(FGR) por su presunta participación en los delitos de delincuencia organizada y tráfico de armas, que lo asocian con el Cártel de Sinaloa. El pugilista, detenido el 2 de julio por personal de migración en Estados Unidos, aguarda su repatriación a México, en donde se espera le sea cumplimentada la orden de aprehensión que hay en su contra desde 2023.

 Las investigaciones de la FGR consultadas por el periodista Gustavo Castillo García, para La Jornada, revelan que esta red de tráfico de armas en la que se señala al hijo de la leyenda del boxeo estaba encabezada por Martín León Romero, quien operaba desde 2018 en Sinaloa, donde estableció talleres para replicar y adaptar armamento traído de forma ilegal desde Estados Unidos.
La red, que también está vinculada a células comandadas por Iván Archivaldo y Ovidio Guzmán López —hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán, conocidos como Los Chapitos—, se especializaba en modificar fusiles y lanzagranadas, los cuales eran distribuidos internamente entre grupos del cártel o utilizados directamente por sus sicarios.
La Fiscalía detalla que Martín León Romero coordinaba un sistema transnacional para la adquisición y traslado de armas y explosivos desde Tucson, Arizona, hasta Nogales, Sonora.
Para ello, integrantes de la red reclutaban a personas que, a cambio de dinero, utilizaban sus tarjetas de crédito y domicilios en Estados Unidos para recibir las compras de armas y municiones realizadas por internet. Una vez que los envíos llegaban a esos domicilios, eran recogidos por miembros de la organización.
En Nogales, León Romero supervisaba la revisión de calidad y cantidad del armamento y municiones, que incluían desde rifles de alto poder hasta granadas y cañones lanzagranadas. Posteriormente, los cargamentos eran reempaquetados y transportados por tierra hacia Culiacán, Sinaloa, para su distribución a Los Chapitos o su procesamiento en talleres clandestinos, donde desarmaban armas originales para copiar piezas y fabricar réplicas o modificar lanzagranadas para uso exclusivo del cártel.
Este complejo mecanismo permitía abastecer de armas modificadas y replicadas tanto a sicarios como a diferentes células del cártel, fortaleciendo así la capacidad operativa interna de la organización criminal.

::: Julio César Chávez Jr. y sus nexos con el crimen organizado
En julio de 2025, la detención de Julio César Chávez Jr. en Estados Unidos no solo fue por presuntas irregularidades migratorias, sino que derivó en la revelación de una orden de aprehensión vigente en México desde marzo de 2023, relacionada con delitos de delincuencia organizada y tráfico de armas. Esta situación convirtió su caso en uno de los más mediáticos vinculados al Cártel de Sinaloa.
El Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos (DHS) identificó formalmente al boxeador como afiliado a esta organización criminal. Además, su matrimonio con Frida Muñoz Román, quien fue pareja de Édgar Guzmán López —hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán y asesinado en 2008—, ha sido un punto clave para las autoridades.
Elementos adicionales que pusieron bajo la lupa al excampeón fueron imágenes difundidas por el influencer Markitos Toys, en las cuales aparece junto a un Lamborghini que se presume perteneció a Néstor Isidro Pérez Salas, “El Nini”, exjefe de seguridad de Los Chapitos. La grabación habría tenido lugar en una propiedad vinculada a este capo, lo que incrementó la sospecha sobre su grado de involucramiento.
Otras publicaciones han revelado que la FGR también señala a Julio César Chávez Jr. de haber actuado como “esbirro” o “ajustador de cuentas” para el Cártel de Sinaloa.
Según investigaciones basadas en intervenciones telefónicas, Chávez Jr. habría sido utilizado para castigar físicamente a miembros del cártel que incumplían órdenes o representaban un riesgo para la organización. “El Nini” ordenaba estos castigos y supuestamente llamaba a Chávez Jr. para que golpeara a los subordinados “como costal de box”, usando su condición de exboxeador para intimidar y disciplinar.
Actualmente, Chávez Jr. espera su traslado a México, donde enfrentará los procesos legales correspondientes a la orden de captura. Su caso atrae la atención tanto por su perfil público como por la complejidad de sus vínculos familiares y criminales.

Follow Us on Social

Most Read