Conoce Dubái: más allá del lujo y los rascacielos

Dubái se ha ganado la fama mundial de ser la capital del lujo desbordante: hoteles siete estrellas, centros comerciales

que parecen ciudades y playas privadas donde el tiempo se detiene. Pero detrás de la postal perfecta que circula en redes, hay una ciudad que sorprende al viajero curioso con contrastes culturales, sabores inesperados y hasta desiertos silenciosos que parecen fuera de este planeta.Cómo llegar y moverse: entre aeropuertos y desiertos

La puerta de entrada natural es el Aeropuerto Internacional de Dubái (DXB), uno de los más transitados del planeta y base de Emirates Airlines. Desde Ciudad de México no hay vuelos directos, pero la mayoría de los viajeros conectan vía Madrid, París o Estambul. Otra opción menos obvia —pero a veces más económica— es volar a Abu Dabi y recorrer los 140 km que separan ambas ciudades en autobús o auto privado.

Moverse dentro de Dubái es sencillo: el metro automatizado recorre las zonas más turísticas y el sistema de taxis es seguro y regulado. Eso sí, el tráfico puede ser impredecible en horas pico y conviene calcular tiempos de traslado si se tienen excursiones reservadas. Ahora sí, más consejos para tus vacaciones en Dubai.

Más allá del Burj Khalifa: qué hacer y qué evitar

Visitar el Burj Khalifa, el edificio más alto del mundo, es inevitable, pero no debería ser el único atractivo en la lista. Pasear por los souks de Deira —el del oro y el de las especias— revela un Dubái previo a la era del petróleo, con regateos y aromas que parecen salidos de otra época. Para quienes buscan experiencias distintas, una escapada al desierto de Lahbab al atardecer ofrece dunas rojas, silencio absoluto y cielos estrellados imposibles de ver en la ciudad.

En contraste, conviene ser selectivo con las atracciones artificiales que prometen “la mayor” o “la primera” experiencia del mundo: parques temáticos, pistas de esquí en malls o acuarios gigantes. Aunque impresionan por su escala, pueden sentirse impersonales y carecer del toque local que muchos buscan en un viaje.

Consejos que no aparecen en los folletos

  • Vestimenta y respeto cultural: Aunque Dubái es más abierto que otros emiratos, en espacios públicos se espera vestimenta moderada; cubrir hombros y rodillas es un gesto básico de respeto.
  • Clima y temporada: El verano (junio a septiembre) puede superar los 45 °C. Para actividades al aire libre, el invierno local (noviembre a marzo) es ideal.
  • Costos ocultos: Los precios en restaurantes y hoteles suelen no incluir el impuesto municipal (10 %) ni el cargo por servicio. Revisar la letra chica evita sorpresas en la cuenta.

El Dubái que queda en la memoria

Más que un destino para presumir en Instagram, Dubái puede ser un puente cultural: una ciudad que mezcla tradiciones beduinas con modernidad extrema, y donde el visitante puede saltar en cuestión de horas de un zoco centenario a un rooftop con vista al Golfo Pérsico. Quien viaja con curiosidad, y no solo con la lista de “los más grandes del mundo”, descubre un Dubái mucho más interesante que el cliché del lujo sin límites.

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