Umberto Eco, el gran intelectual

Umberto-Eco

El autor italiano Umberto Eco, quien se hizo famoso en 1980 por la novela "El nombre de la rosa", murió el viernes a los 84 años de edad, informaron medios italianos.

El diario La Repubblica dijo que fue informado por la familia que Eco falleció a las 22:30

horas del viernes en su casa en el norte de Italia.

Eco era virtualmente desconocido afuera de los círculos universitarios hasta bien avanzada su madurez, cuando halló la fama internacional repentinamente luego de la publicación de su primera novela, una historia de detectives ambientada en un monasterio medieval.

"Él fue un ejemplo extraordinario de intelectualismo europeo, uniendo una inteligencia única sobre el pasado con una capacidad inagotable para anticipar el futuro", dijo el primer ministro italiano, Matteo Renzi, según lo citó la agencia de noticias local Ansa.

El ingreso del profesor de la Universidad de Bolonia, entonces de 48 años, al mundo de la fama literaria internacional fue tardío y tomó por sorpresa a muchos críticos.

"El nombre de la rosa", con sus descripciones altamente detalladas de la vida monacal del Siglo XIV y sus relatos de las disputas filosóficas y religiosas de la época, a primera vista difícilmente era una novela que atraería al lector moderno promedio.

Pero la popularidad del libro yace en su astuta trama, la atmósfera de temor y penumbra amenazadora sobre el monasterio evocada con maestría y su atractiva figura central, inspirada desvergonzadamente en el famoso detective Sherlock Holmes.

Al inicio de la novela, un monje anciano, ansioso por registrar la historia antes de su muerte, recuerda los eventos que ocurrieron en 1327, cuando era un novicio de 18 años y visitó un siniestro monasterio italiano junto a su maestro, el fraile Guillermo de Baskerville.

Durante su estadía, varios monjes son horrendamente asesinados y Guillermo y su joven asistente se involucran en una cacería detectivesca para atrapar al villano.

La inusual yuxtaposición de una trama absorbente y escolasticismo erudito ayudan a explicar por qué "El nombre de la rosa" fue traducida a decenas de idiomas, vendió más de 14 millones de copias y ganó varios premios literarios internacionales. 

- La escritura, un sueño de niños -

Políglota, casado con una alemana, Eco dio clases en varias universidades, sobre todo en Bolonia (norte), donde ocupó la cátedra de semiótica hasta octubre de 2007, año de su jubilación.

Eco explicó que llegó tarde a la ficción por "considerar la escritura novelesca un juego de niños que no tomaba en serio".

Después de "El nombre de la rosa", ofreció a sus lectores "El péndulo de Foucault" (1988), "La isla del día antes" (1994) y "La misteriosa llama de la Reina Loana (2004)". Su última novela, Número cero, publicada en 2014 es un relato policial contemporáneo centrado en el mundo de la prensa.

También escribió decenas de ensayos sobre temas tan dispares como estética medieval, las poéticas Joyce, la memoria vegetal, James Bond, la historia de la belleza o de la fealdad.

"Lo bello se sitúa dentro de ciertos límites mientras que lo feo es infinito, por lo tanto más complejo, más variado, más divertido", explicaba en una entrevista en 2007, y añadía que "siempre le inspiraron afecto los monstruos".

Hombre de izquierdas, Evo no era un escritor encerrado en una torre de marfil. Este practicante del clarinete escribía regularmente en el semanario L'Espresso.

Su grandeza de espíritu no le impedía ver con ojo crítico la evolución de la sociedad moderna.

"Las redes sociales han dado la palabra a legiones de imbéciles que antes sólo hablaban en el bar, con un vaso de vino encima y no causaban ningún daño al colectivo", declaró recientemente, recuerda el diario Il Messaggero.

"Les mandaban callar enseguida mientras que hoy tienen el mismo derecho a la palabra que un premio Nobel. Es la invasión de los imbéciles", dijo.

Funcionarios mexicanos se pronunciaron en redes sociales ante la muerte de Umberto Eco, semiólogo, filósofo y escritor italiano, quien falleció hoy a los 84 años de edad por causas naturales.

El jefe de gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, en su cuenta de Twitter, @ManceraMiguelMX, lamentó el fallecimiento del reconocido escritor.

Por separado, el presidente nacional del PRI, Manlio Fabio Beltrones, manifestó en su cuenta @MFBeltrones, que “con la muerte de Umberto Eco el mundo pierde a un semiólogo, filósofo y escritor, cuyo conocimiento trasciende generaciones.”

Alejandra Barrales, secretaria de educación capitalina, lamentó en su cuenta @Ale_BarralesM la partida de Umberto Eco, la cual calificó como una irreparable pérdida para el mundo.

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