Presentan libro de arte en torno al vacío

La búsqueda del destino y la llegada a la nada son temas que han obsesionado al artista visual y cineasta Wolfgang H Scholz (Dresde, 1958),

como da cuenta el libro que compendia su trabajo a lo largo de más de tres décadas: The Void (El vacío), publicado por Editorial Turner.
Series de fotografías, stills de sus películas de ficción y documentales e imágenes de sus instalaciones, videos y piezas multimedia pensadas para la escena están contenidos en este volumen editado en 2019.
La presentación de The Void será el jueves 1 de septiembre en el Museo Universitario del Chopo (Dr. Enrique González Martínez 10, Colonia Santa María la Ribera), a las 18 horas, con la participación del curador Irving Domínguez, Claudia Reyes, directora de la Editorial Turner, y el mismo Wolfgang.
El libro toma su título de la obra multimedia El vacío, creada por Scholz en 2017, que consta de cuatro actos y está basada en el Quinto Elemento del budismo, la nada que forma todas las cosas.
Esta temática, dice en entrevista, también la ha explorado con grandes exponentes japoneses de danza butoh, como Katsura Kan en Melancolía- Parte I, estrenada en 2013 en el Centro Cultural “Los Talleres” e inspirada en That Time, obra teatral en la que Samuel Beckett plasma el miedo al vacío.
En la portada del libro puede verse la fotografía fija de la video instalación Melancolía-Parte 2, en la que Katsura Kan parece estar en el centro de un lugar hondo y redondo. Y es que Scholz concibe la vida como un círculo en el cual tiene cabida la repetición, un ir y venir constante.
La conciencia de estar “fuera de lugar” es una constante en la producción del alemán, considera Domínguez (Ciudad de México, 1976) en “Una visión dislocada”, texto que forma parte de The Void.
“El desarraigo encuentra su metáfora recurrente en el símbolo del laberinto (…) Pareciera que al artista le interesa más la experiencia de estar en el laberinto, que la búsqueda de una ruta eficaz para salir de él”, añade el curador y lo ejemplifica con el trabajo fotográfico y de video que Scholz emprendió durante dos años en Tepito.
En esta zona, referente de la vida en la capital de México y el comercio ilegal, lo que le resultó más interesante al autor de Tiempo de cuervos y Buscador de sombras fue el encuentro con algunos de sus personajes emblemáticos, entre los que destaca Doña Queta, protectora de la Santa Muerte, a quien le levantó un altar en uno de los sitios más concurridos del barrio por prostitutas y criminales.
Y es que otro de los aspectos reiterativos en los proyectos artísticos de Scholz es el tránsito por el espacio. No es la llegada a la patria, sino la permanente búsqueda de un hogar lo que le ocupa.
“El destino no existe, es una ilusión. En todo caso el único destino seguro es la muerte. Y a mí me gusta más estar en el camino hacia el hogar, cualquiera que sea la situación que esté viviendo”, asegura el creador alemán.
Por eso descubre una relación entre parte de su producción artística y el filme Stalker, de Andréi Tarkovski, donde el fin aparente es la llegada de tres personajes a la Zona, el ingreso a otro espacio, pero lo que realmente importa es ese largo viaje hacia el vacío, hacia la nada.
Para el filósofo, crítico y teórico de arte Boris Groys (Berlín, 1947) el vacío es un espacio de tranquilidad, carente de nuestros pensamientos, el espacio de la muerte, y los artistas son capaces de atravesarlo, cuenta Scholz, quien tuvo ocasión de conversar en Nueva York con quien es considerado el historiador de arte más importante del siglo XX.
Tanto las religiones como el arte intentan estar entre la vida y la muerte, entre la actividad y la pasividad, entre la presencia y la ausencia, transitar de alguna manera a través de esta oposición. Esto es lo que los artistas de los siglos XX y XXI hacen todo el tiempo, asegura Groys en esta charla publicada en The Void.
“Continuar, seguir andando. Básicamente, esto es sobrevivir. ¡Ese es el tema central! La posibilidad de simplemente seguir o avanzar. Traspasar una especie de frontera, no darse por vencido. Esta noción de seguir es importante para los artistas e intelectuales. Siempre se puede seguir cuando uno piensa a través de medios artísticos, porque no está atado al cuerpo”, según Groys.
Estos tópicos que tanto interesan a Scholz también figuran en Incertidumbre, danza multimedia con la bailarina Isabel Beteta, que se estrena el 26 de agosto en “Los Talleres”, donde también se presentará el 27 y 28 de agosto, como parte de la temporada internacional “Cruzando fronteras”.
Wolfgang estudió artes plásticas en la Academia de Artes de Dresde. Destaca como cineasta con más de 45 películas de ficción y documentales. Como artista visual ha tenido más de 100 exposiciones de pintura y fotografía, así como performances, instalaciones y escenificaciones multimedia.
A partir de 1994 fundó y dirige la productora de cine Sic! Film Art Productions. Desde 2013 es miembro de la Academia Sajona de Arte en Alemania. Actualmente vive y trabaja en la Ciudad de México y en Múnich. Ha exhibido su obra en el Museo Ex Teresa Arte Actual y el Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca, así como en las ciudades de Nueva York, Berlín, Leipzig, Milán, Río de Janeiro y Buenos Aires, entre otras.
Tanto la Filmoteca de la UNAM como el Museo del Chopo presentaron grandes retrospectivas de su obra (2016-2017). La mayor parte del trabajo fílmico y multimedia de Scholz forma parte del acervo de la Filmoteca Federal de Alemania en Berlín y la Biblioteca Estatal y Universitaria de Sajonia.

Follow Us on Social

Most Read