Ciudad de México, México, 10 de septiembre de 2025 ::: El 19 de septiembre de 1985, a las 7:19 de la mañana,
un terremoto de magnitud 8.1 sacudió la capital del país, dejando miles de víctimas y edificios colapsados. Un colectivo de artistas y fotógrafos ha lanzado una convocatoria para crear una exposición que rescate huellas de esa memoria colectiva, invitando a la ciudadanía a compartir fotos y recuerdos de ese día.
Rostros de los Sismos de 1985 es convocada por el Fideiscomiso Centro Histórico de la Ciudad de México, quienes buscan difundir historias que “mantienen viva la memoria colectiva”.
Las personas interesadas pueden compartir fotografías de la época y estar acompañadas con una anécdota (personal, de conocidos o familiares) relacionada con los simos de 1985.
Pueden participar personas de cualquier edad que hayan vivido este suceso o que conserven imágenes, testimonios familiares o recuerdos vinculados a este suceso.
Las fotografías y anécdotas se pueden mandar al correo This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it. y se recibirán hasta el 30 de septiembre de este año.
::: Una respuesta solidaria
El 19 de septiembre de 1985, un terremoto de magnitud 8.1 sacudió a México, provocando una crisis sin precedentes. Ante la lenta respuesta de las autoridades federales y de la Ciudad de México, la ciudadanía actuó de forma inmediata y solidaria.
Sin contar con equipo especializado, cientos de personas comenzaron a remover escombros con sus propias manos para rescatar sobrevivientes, atender a los heridos y brindar refugio a quienes lo habían perdido todo, segpun información de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).
A las 7:19 de la mañana, la capital del país se paralizó por el impacto del sismo, que combinó movimientos oscilatorios y trepidatorios. Edificios colapsaron, el pavimento se fracturó y muchas zonas quedaron sin servicios básicos, como luz o comunicación.
En medio del caos, surgieron brigadas ciudadanas de rescate, como el grupo Topos. Bomberos, policías y socorristas también actuaron de forma autónoma, debido a la falta de coordinación oficial.
En estas difíciles circunstancias, los vecinos se organizaron para ayudar, improvisar camillas y trasladar heridos, estableciendo redes comunitarias de apoyo. Esta respuesta marcó el nacimiento de lo que hoy se conoce como sociedad civil en México.
Como consecuencia de esa tragedia, se reconoció la urgencia de contar con un Sistema Nacional de Protección Civil. Este se creó para mejorar la preparación ante emergencias naturales como sismos, huracanes, deslaves o inundaciones.
También se implementaron medidas preventivas, como la instalación de alertas sísmicas y la realización de simulacros en escuelas, oficinas y espacios públicos, con el fin de fomentar una cultura de prevención y respuesta oportuna frente a desastres.