Descifran el lenguaje oculto de Teotihuacán que transforma la comprensión sobre civilizaciones prehispánicas

México, 7 de octubre de 2025 ::: Durante siglos, los signos presentes en los murales y artefactos hallados

en Teotihuacán intrigaron a arqueólogos y lingüistas, generando incógnitas sobre la identidad de quienes habitaron una de las ciudades más influyentes de la antigua Mesoamérica. Sin embargo, un nuevo hallazgo transforma la comprensión sobre civilizaciones prehispánicas al descifrar el lenguaje oculto en sus símbolos.

 Una investigación reciente, publicada en Current Anthropology por Magnus Pharao Hansen y Christophe Helmke de la Universidad de Copenhague, plantea que estos símbolos podrían ser la clave para descifrar una forma temprana de escritura uto-azteca. Este hallazgo podría cambiar radicalmente la comprensión de la historia prehispánica de México y aportar elementos clave sobre un enigma con más de dos mil años de antigüedad.
Teotihuacán, ubicada en el centro de México y fundada alrededor del año 100 a.C., llegó a tener hasta 125.000 habitantes y se consolidó como un centro cultural fundamental en la región hasta su declive hacia el año 600 d.C.
Pese a su legado arquitectónico y artístico monumental, la identidad lingüística y étnica de sus pobladores permanecía desconocida. Otros sistemas de escritura mesoamericana sirvieron para reconstruir dinastías y hechos históricos, pero la escritura de Teotihuacán seguía sin descifrar. Hansen explicó: “No sabemos qué lengua hablaban ni a qué culturas posteriores estaban vinculados”.

::: Escritura y lenguas uto-aztecas: el hallazgo :::

El estudio de Hansen y Helmke, detallado en Current Anthropology, sostiene que los signos de los murales y piezas cerámicas de Teotihuacán forman un sistema de escritura estructurado. Los autores argumentan que este sistema registra una lengua ancestral de la familia uto-azteca, precursora directa del náhuatl, el cora y el huichol.
Con esta propuesta, se desafía la visión tradicional que ubicaba la llegada de los hablantes de náhuatl después de la caída de la ciudad. Los autores sugieren que la conexión lingüística detectada permite suponer que los pueblos nahuas habitaban la zona mucho antes, lo que apunta a una continuidad cultural y lingüística insospechada entre Teotihuacán y los aztecas.

::: Metodología: logogramas y reconstrucción lingüística :::

Los investigadores emplearon una metodología multidisciplinaria. En su artículo en Current Anthropology, describen el análisis de logogramas, símbolos que representan palabras o conceptos, identificando patrones coincidentes con el principio del rebus: los signos se interpretan por su valor fonético y no solo por su significado literal. Por ejemplo, la figura de un coyote puede leerse como “coyote”; en otros casos, los signos se combinan para formar palabras o ideas abstractas.
Helmke destacó la importancia de reconstruir una versión antigua del náhuatl para evitar errores de perspectiva histórica: “Sería como intentar descifrar las runas danesas usando el danés moderno; hay que emplear una lengua contemporánea a los textos”. Por este motivo, el equipo reconstruyó una forma arcaica del náhuatl para interpretar los textos, lo que permitió identificar correspondencias fonéticas y semánticas inéditas.
No obstante, los autores reconocen limitaciones en su investigación. Hansen advirtió que la cantidad limitada de textos complica la confirmación definitiva de la hipótesis: “Sería ideal encontrar los mismos signos usados de la misma manera en muchos más contextos. Eso reforzaría nuestra propuesta, pero por ahora debemos trabajar con los textos disponibles”. Pese a estos desafíos, consideran que este método puede servir como referencia para estudios futuros sobre la escritura mesoamericana.

::: Implicaciones históricas y reacciones científicas :::

Las implicaciones del hallazgo son profundas. La identificación de una lengua uto-azteca en Teotihuacán no solo reconfigura la cronología de la presencia de estos pueblos en el centro de México; también sugiere una continuidad cultural que conecta a los antiguos teotihuacanos con comunidades indígenas actuales, como los hablantes de náhuatl, cora y huichol. Este vínculo refuerza la idea de que Teotihuacán no fue un enclave aislado, sino un nodo central en la evolución de las culturas mesoamericanas.
La comunidad científica recibió el estudio con interés y cautela. El trabajo de Hansen y Helmke atrajo la atención de especialistas internacionales, quienes valoran la originalidad de la metodología y la posibilidad de generar talleres colaborativos para profundizar en el análisis de los textos. Los investigadores esperan que su enfoque motive nuevas investigaciones y que, con la aparición de más textos, se pueda consolidar o ajustar su propuesta.
Si la hipótesis se confirma, el desciframiento de la escritura de Teotihuacán podría revolucionar el conocimiento sobre las culturas mesoamericanas y aportar respuestas definitivas al antiguo misterio de sus habitantes.

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