Alí Chumacero y su breve pero fina obra poética

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Con más trayectoria que obra publicada, el poeta mexicano Alí Chumacero es recordado como una figura de la literatura del siglo XX mexicano, pieza clave del Fondo de Cultura Económica (FCE), donde colaboró por décadas, pero también como un filántropo que donó un importante fondo bibliográfico y hemerográfico a los mexicanos.

La “Biblioteca Alí Chumacero”, que es resguardada por la Biblioteca de México, en La Ciudadela, incluye libros, folletos y publicaciones periódicas, organizadas por orden histórico, geográfico, cronológico y onomástico.

Destacan obras sobre literatura, historia y filosofía, además de arte, sociología, antropología, psicoanálisis, arqueología, psiquismo, ciencias sociales y humanidades en general.

En un recorrido virtual por el fondo, se observa que entre las principales temáticas de la colección de Alí Chumacero (1918-2010) sobresalen: culturas de la antigüedad, literatura, historia, antropología, filosofía, psicoanálisis, arte, ciencias sociales y espiritismo.

Facsímiles de códices, exhibidas en vitrinas; obras sobre arte y escuelas artísticas en diversos países del mundo, así como algunas importantes publicaciones periódicas mexicanas.

El usuario puede acceder a consultas en dispositivos digitales, así como computadoras de escritorio y portátiles, tabletas electrónicas para consulta de los materiales digitalizados, red inalámbrica con Internet y la puesta en línea del catálogo de la colección.

Incluso, gracias al uso de la tecnología de radio frecuencia, se puede realizar en la sala la búsqueda, localización y recuperación de los materiales.

Chumacero nació el 9 de julio de 1918, en Acaponeta, Nayarit; se mudó en 1929 a la ciudad de Guadalajara, donde realizó sus estudios de primaria, secundaria y preparatoria, para más tarde, en 1937, ingresar a la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

A los 19 años, junto con José Luis Martínez, Leopoldo Zea y Jorge González Durán, fundó “Tierra Nueva”, revista que codirigió hasta 1942. En ella publicó su “Poema de amorosa raíz” que más tarde formaría parte de su libro “Páramo de Sueños”, señala la biografía que de él difunde la Coordinación Nacional de Literatura.

Fue un reseñista y director ocasional de “Letras de México”, así como uno de los más importantes colaboradores de “El Hijo Pródigo” (1943-1946); participó en la creación de la Fundación de México en la Cultura, en 1949, suplemento de “Novedades”, dirigido por Fernando Benítez hasta 1961.

La obra poética de Alí Chumacero es breve, con una totalidad de 75 poemas reunidos en tres libros: el primero publicado en 1944, “Páramo de sueños”, con el que inicia nueva época en las letras mexicanas y marcarían el camino por donde seguiría la literatura del país en la segunda mitad del siglo pasado.

De este libro destacan, entre otros poemas: “Realidad y sueño”, “Vencidos”, “Muerte del hombre”, “Jardín de ceniza”, “Debate del cuerpo”, “De tiempo a espacio”, “Desvelado amor”, “Diálogo con un retrato”, “Mi amante”, “El sueño de Adán”, entre otros.

Según estudiosos de su obra, en su segundo libro publicado, “Imágenes desterradas”, Chumacero crea una concepción nihilista del mundo que conduce a imágenes hacia la nada, de este libro se desprenden los poemas “A solas”, “Narciso herido”, “Pureza en el tiempo”, “Recuerda”, “Amor entre ruinas”, y “Poema donde amor dice”.

Su último volumen fue “Palabras en reposo”, de 1956, donde según José Emilio Pacheco, “Chumacero eligió callarse porque el camino de extremo rigor y máxima dificultad que se había impuesto sólo iba a llevarlo, en caso de persistir en él, a la tautología y el solipsismo”.

A lo largo de su trayectoria, fue becario de El Colegio de México y del Centro Mexicano de Escritores, en 1964 ingreso como miembro de la Academia Mexicana de la Lengua, falleció hace cuatro años, el 22 de octubre de 2010, a causa de una fuerte neumonía.

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